Ester Navarrete (Vigo, 16 de marzo de 1990) obtuvo el pasado domingo en Roma la medalla de bronce en la media maratón como integrante de la selección española. En la clasificación, cruzó la línea de llegada en la décimo tercera plaza y puntuó para subir al tercer escalón del podio por equipos. Un logro para el que apretó mucho en los últimos metros porque “me dijeron que íbamos en ese puesto al entrar en el estadio”. Todo ello en una día marcado por el fuerte calor y, debido a ello, la olívica optó por una táctica de prudencia, con una salida algo lenta para después incrementar su ritmo y pasar a rivales.
¿Cómo vivió la media maratón?
La temperatura era muy alta, con mucha humedad y ya hablamos en la reunión previa que al calor podía pasar factura. Salí prudente y había que terminar para la clasificación por equipos. Ese calor, podía pasarte una mala pasada y, a mitad de carrera, quedarte tirada. Pese a ello, me encontré siempre bien, sin malos momentos. Fui remontando, cogiendo gente y entré en el estadio a un ritmo muy fuerte hara hacer un puesto bueno.
¿Era el típico día de tormenta?
Sí, sí, por la tarde comenzó a llover. La alta temperatura nos hizo sudar mucho, pero los avituallamientos que había fueron buenos. Todo estaba bien preparado y fue algo que ayudó.
¿Cómo fue la espera para conocer que ganaban el bronce?
Lo conseguimos por un único segundo. Durante la carrera la gente te va diciendo el puesto, terceras o cuartas. A falta de un kilómetro y medio me cantaron que íbamos cuartas pero a cuarenta segundos del podio y, pense: madre mía, es muchísimo. Pero había que intentarlo y yo me notaba fuerte. Intenté dar el último apretón y al entrar en el estadio, en la zona del túnel, me dijeron que íbamos terceras y eso me dio un subidón mayor. Lo peleé al máximo, hasta el final y salió bien.
¿La Federación tenía esa idea de que podían alcanzar el podio?
Sí, sí. Ellos tenían eso en la cabeza y en sus cálculos nos daban por ahí, terceras. Pero luego hay que hacerlo. Se corrió mucho para ser un Europeo, que no es una carrera en la que se buscan marcas. Y el ritmo, desde el comienzo, fue elevado. En mi caso, opté por llevar el mío. Sabía que llegué muy bien, pero las condiciones meteorológicas condicionan, aunque te encuentres muy bien. Si hay deshidratación, te puede lastrar a nivel muscular, que es algo muy importante.
¿Cómo sienta obtener una medalla de bronce?
Sabe muy bien, muy bien. Subir al podio es una experiencia maravillosa, fue lo mejor del campeonato. Lo que pasa es que los deportistas somos inconformistas. Y siempre te preguntas que hubiera pasado si hubiese hecho la carrera de otra manera o si hubiese apretado antes. Siempre quieres más, pero hay que estar contenta con lo que se hizo. Estuve ahí en un podio con las mejores de Europa.
Al terminar fuerte, le quedó esa duda.
Como dice mi entrenar, me tengo que quedar con esa sensación de ir bien, de estar fuerte. Porque puede darse el caso de hacerlo diferente y venirme de Roma con la sensación de pinchar y de terminar con mal cuerpo. Me sirve para saber que estoy muy bien y que para los Juegos voy a darlo todo.
Creo que no hay descanso, porque la planificación está encaminada a los Juegos.
Claro, claro. Era un test para saber cómo estamos. Hay que quedarse con eso y estoy muy bien.
