Los movimientos lentos y fluidos del taichí regresaron ayer a la playa de Samil de la mano del programa +Deporte Atlántico y el centro Shalom. Con la monitora Ángeles Cristóbal como maestra de ceremonias, disfrutaron de la actividad alrededor de cuarenta personas, algunas con años de experiencia en este arte marcial y otras que se adentraban por primera vez en una disciplina que pretende servir de entrenamiento para el cuerpo y para la mente.
“La idea no es evadirse, ni tampoco quedarse dormido, sino relajarse y concentrarse en el momento presente”, explicaba Ángeles a sus alumnos en una mañana soleada y con temperaturas muy agradables en la zona del mercadillo del arenal vigués.
El sonido de las olas y una música relajante ayudaron a crear el ambiente perfecto para llevar a cabo una disciplina nacida en China y que cada día practican millones de personas en todo el mundo. Para los ya iniciados, la clase de Cristóbal, del centro Nuevas Raíces, supuso un recuerdo de lo ya conocido; para los principiantes, una guía para dar los primeros pasos hacia el conocimiento interior y el equilibrio entre la mente y el cuerpo.
“Elevar el agua”, ejercicios de respiración y esos movimientos suaves que caracterizan el taichí permitieron a los participantes abstraerse del ajetreo que se empezaba a generar de buena mañana en Samil, con el montaje de tenderetes y los paseos matutinos de los más madrugadores como acompañamiento inocuo.
Al final de la sesión, los asistentes se mostraban relajados y felices. Algunos, los más avanzados, se quedaron incluso un tiempo más para realizar sus propios ejercicios, aprovechando el tiempo primaveral en la mañana sabatina, y todos se llevaron de recuerdo una camiseta de +Deporte Atlántico. La jornada concluyó con una última foto de familia para el recuerdo. El próximo año, el taichí volverá a la playa de Samil.
