La expansión internacional y el low cost, deberes de Renfe

Raül Blanco, nuevo presidente de Renfe.
photo_camera Raül Blanco, nuevo presidente de Renfe.
Raül Blanco, el nuevo presidente de la entidad, tiene pendiente la revisión del Plan Estratégico

El nuevo presidente de Renfe, Raül Blanco, tiene pendiente la revisión del Plan Estratégico de la compañía hasta 2028, la extensión de las redes de bajo coste de la alta velocidad y la ampliación de la actividad internacional, de la que esperan que aporte un 10% de la facturación para ese año.

En una carta dirigida a los 16.000 empleados de la compañía, Blanco traslada un mensaje de “tranquilidad y continuidad” para añadir que llega dispuesto “a trabajar duro, a sumar y a hacer todo lo posible para que Renfe siga creciendo, evolucionando y mejorando el servicio”.

Tras la dimisión de Isaías Táboas por el asunto de los trenes de Asturias y Cantabria, Blanco debe concluir la revisión del Plan Estratégico 2019-2028, para ajustarlo al nuevo escenario en que se mueve la compañía, tras la liberalización de la alta velocidad y la irrupción de nuevos operadores en 2021, y en el que la internacionalización es un eje central.

En los seis años que restan, el Plan debe preparar los servicios públicos (Cercanías y Media Distancia) para la futura liberalización del sector, impuesta por la Unión Europea. La compañía espera pasar en este proceso de trabajar en régimen de monopolio a ser el operador de referencia.

Al tiempo, en alta velocidad tendrá que lidiar con sus competidores Iryo (italiano) y Ouigo (francés) y ofrecer un producto capaz de batirse con el avión, al que ya ha restado cuota de mercado, y con el vehículo particular. Igualmente, deberá preparar Renfe Mercancías, donde ya compite con una decena de operadores.

Raül Blanco tiene ante sí el reto de incrementar la actividad internacional, que aspiran a que aporte el 10% de los ingresos del grupo en 2028, para lo que se ha constituido recientemente Renfe Proyectos Internacionales.

En este ámbito, el asunto más acuciante es retomar la operativa en Francia, después de que hace un año la ferroviaria pública francesa SNCF decidiera poner fin de forma unilateral a la sociedad Elypsos, conjunta con Renfe, que prestaba el servicio de alta velocidad entre los dos países.

Ya se han iniciado las pruebas de los AVE que circularán en las líneas Barcelona-Lyon y Madrid-Marsella, que prevé comercializar antes del verano. En el caso del Barcelona-París confía en conseguir el certificado de seguridad para trabajar la línea antes de fin de año.

Esta será la primera ocasión en que Renfe operará en solitario en un país extranjero. Para ello, cuenta con una participación del 50% en la checa Leo Express, que le da entrada en Alemania, Eslovaquia, República Checa o Polonia.

También los países árabes están en el punto de mira de la operadora española para sus proyectos de alta velocidad, tras la positiva experiencia en la operación del AVE que une Medina con La Meca, en Arabia Saudí, que transporta más de 350.000 viajeros al mes.

El proyecto en EEUU del AVE entre Houston y Dallas está pendiente de que los promotores consigan financiación con fondos federales, momento en el que empezaría la construcción.

La operadora española participa igualmente en los proyectos Rail Baltica, para la explotación de la línea que unirá las tres capitales bálticas entre sí y con la red europea; y Tren MayA, en México, en el que será el “operador sombra” del contratante, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo.

En 2022 Renfe redujo las pérdidas un 70%, hasta los 108,6 millones de euros, de los que se dejó 95 millones en el primer trimestre como consecuencia de la extensión de la variante ómicron del coronavirus en esos meses, que redujo la venta de billetes un 21 % por debajo de las previsiones. 

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