Entrevista

Paula Arcos: “Luchamos para estar igual de valoradas que los hombres”

La alicantina sonríe en la guardesa playa de O Muíño. // Vicente Alonso
photo_camera La alicantina sonríe en la guardesa playa de O Muíño. // Vicente Alonso
La jugadora de la selección española de balonmano fue a los Juegos de Tokio desde A Guarda y desde A Guarda irá a los de París

En sus dos años en el Guardés, Paula Arcos (Petrer, Alicante, 2001) pasó de promesa a realidad. Desde A Guarda, fue a los Juegos de Tokio y desde A Guarda irá a los de París. Está concentrada con la selección junto a la desembocadura del Miño y con ella de fondo desgrana las expectativas olímpicas, su primer año en el Vipers noruego -uno de los mejores equipos del mundo-, su papel como referente para las niñas y su vuelta a este rincón, que una vez fue su hogar. 

 

 

Imagino que es especial iniciar el camino a los Juegos aquí.

Totalmente. Cuando vi que la concentración era aquí, me puse muy contenta porque no encontraba la manera de venir y es la excusa perfecta para volver. Fueron dos años súper especiales. Tanto personalmente como deportivamente, fueron top. A Guarda se ha quedado un trocito de mí.

Iba como la jugadora 15 a Tokio y acabó teniendo un papel notable. ¿Cómo lo recuerda?

Más que los Juegos en sí, recuerdo más el momento de enterarme y lo que sentí. También mi debut porque es verdad que iba como la 15 y no sabía si iba a participar. Tuve muchísima suerte de poder jugar tres partidos. Todo lo que tengo de Tokio son recuerdos buenos. Cruzarte en la Villa con deportistas top, la amabilidad, el apoyo de gente que no conoces de nada. Apenas tengo fotos porque iba todo el día con la boca abierta. Flipando. Fue una sensación única. A día de hoy, no puedo describir lo que sentí porque, aunque no tuvimos los mejores resultados, ha sido una de mis experiencias más bonitas con el deporte.

En París tenemos que ir partido a partido; a partir de ahí, los resultados llegarán solos

Y eso que estuvieron muy condicionados por la pandemia. 

Sí. No viví la experiencia olímpica al 100% como algunas compañeras. Todo el mundo me dice que, con público y moviéndote como quieras, son muchísimo mejores. Pero, aunque estábamos muy controladas, para mí los Juegos de Tokio fueron súper especiales. Eso sí, estoy deseando vivir la experiencia completa.

¿Qué expectativas tienen?

Sabemos que hay que ir partido a partido, como en el Preolímpico. Podremos encontrarnos rivales más fuertes o más flojas, pero lo más importante es competir con la misma intensidad. Por supuesto que nos imaginamos con una medalla, pero lo más importante es ir partido a partido. A partir de ahí, los resultados llegarán solos.

La alicantina y su reflejo posan para Atlántico en la desembocadura del Miño.
La alicantina y su reflejo posan para Atlántico en la desembocadura del Miño.

En tres años se ha convertido en una referencia de la selección. 

Es verdad que llevo algo más de tiempo aquí que otras jugadoras, pero mi rol siempre ha sido el mismo. Siempre he trabajado al 100% y con la misma actitud. Eso se transmite a las compañeras. Si confían en mí para 10 minutos, saldré a muerte. Y si son 60, igual. Creo que la mejor manera de cumplir con ese plus de responsabilidad es no cambiar tu forma de trabajar y dar siempre el máximo.

Llegó al Guardés con 18 años y fue clave. Dos después, se fue al mejor equipo de la Liga y al siguiente, a uno de los mejores del mundo. ¿Nunca sintió vértigo?

Bueno... Siempre he tenido mucho miedo en todas mis decisiones. Aunque no lo parezca, he temblado y he llorado antes de tomarlas. Pero una vez decides, hay que coger el toro por los cuernos. Cuando vine al Guardés, recuerdo decirle a Prades: "Cómo me voy a ir de mi casa a la otra punta de España para no jugar". Siempre he tenido mucho miedo porque admito que soy joven y que aún necesito minutos. No estoy formada ni terminada. Me queda muchísimo recorrido por delante. Intento no transmitir ese vértigo, pero claro que se lleva por dentro. Lo más importante es la actitud y creer en ti.

Falta hará en un equipo de la dimensión del Vipers.

En este último salto sí que tuve un poquito más de miedo. No es lo mismo jugar en tu país, con la cultura que conoces, que irte a otro totalmente distinto, con otro idioma, con jugadoras de todas partes del mundo... Pero todo suma.

Estar en el Vipers es un choque de realidad porque juegas con las mejores del mundo

¿Cómo fue la experiencia?

Según se mire, este año ha sido el mejor o el peor. He tenido muchísimos altibajos, pero ahora que ha pasado la temporada y puedo hacer una reflexión global, otra cosa no, pero he aprendido muchísimo. Tanto en lo deportivo como en lo personal. Es un choque de realidad porque juegas con las mejores del mundo. Es un sueño estar con ellas y no puedo pedir más. Pero tú también quieres jugar y tener esa responsabilidad. Sabes que lo tienes más difícil porque ellas se merecen los 60 minutos. Al principio, fue duro adaptarse porque el estilo defensivo es totalmente distinto. A nivel personal, la cultura, el clima, es lo que más me ha costado. Pero he aprendido a estar sola y que no todo es pillar un vuelo y llegar a casa. 

Madurar.

¡Exacto! He terminado de madurar bastante. Por eso digo que es uno de los mejores por cumplir un sueño, pero también está el lado amargo de salir de tu país y encontrarte sola. Ha sido único para aprender y cojo el siguiente con muchísimas ganas de mejorar.

Después de esta temporada, ¿toma más conciencia de cuánto le queda por avanzar a la Liga española?

El problema en España es el tema económico. Estamos cada vez mejor gracias a los sponsors, pero el salto es abismal. España no se puede permitir mantener a una jugadora de primer nivel mundial. 

La ex del Guardés ha vuelto a la que fue su casa.
La ex del Guardés ha vuelto a la que fue su casa.

¿Cómo lleva la responsabilidad de ser una referencia para las niñas, también en materia de igualdad?

Estamos luchando mucho para estar igual de valoradas que los hombres y a día de hoy estamos mucho mejor que hace diez años. Hay que agradecérselo a las que estuvieron antes que nosotras. Por eso, si yo de alguna manera soy una referente para las niñas, intento transmitirles que sigan trabajando. Que, igual que yo remaré en los años que me quedan, que la que venga detrás reme igual. Esto es una carrera de fondo y todavía queda mucho trabajo por delante. Que no nos conformemos con lo que han logrado otras. Al revés. Cada año hay que ir a más. Si ahora conseguimos una equipación, mañana un balón y pasado un aumento de sueldo. Sumando estas pequeñas cosas y con las que vienen detrás, vamos a conseguir muchísimo.

Ha vivido mucho más que cualquier chica de 22 años. ¿Cómo ha repercutido en su personalidad?

Me ha llevado a madurar muchísimo antes de lo que me tocaba. Me han venido un montón de cosas y doy gracias a mi familia por ponerme los pies en el suelo desde el primer momento. Viví con muchísima ilusión ir a unos Juegos o a un Mundial, como la niña que abre los regalos de Reyes. Pero intento asumirlo como algo normal y seguir trabajando sin conformarme. Muchas veces me preguntan cuál es mi sueño después de haber ido a unos Juegos. Y yo misma me lo pregunté después de Tokio. Pero, para mí sigue siendo un sueño jugar Champions, ir a un Europeo, a otros Juegos... Ojalá algún día pueda ir a una 'Final Four'. Es cierto que todo me ha venido muy rápido, pero intento mantener la calma.

Siempre he tenido mucho miedo en todas mis decisiones, pero una vez las tomas hay que coger el toro por los cuernos

¿Ha necesitado ayuda psicológica?

Doy gracias que la psicología deportiva está cada vez más a la vista y recomiendo a cualquier persona, sea deportista o no, que acuda a un profesional si tiene que hacerlo. No estamos solas. Este año he trabajado muchísimo en ese aspecto y no me arrepiento ni me avergüenzo. Al contrario. Lo expongo públicamente porque tenemos vidas complicadas y a veces nos sentimos solas. Por eso es muy importante tener a quién nos ayude.

¿Y le sirvió?

Sí, totalmente. Simplemente, tener a alguien con quien hablar en tu idioma, parece que no, pero ayuda. Al verbalizar tus problemas, tú misma encuentras las respuestas. Pero, muchas veces, te hace falta hablarlo con alguien, sentir confianza.

¿Cómo va el proceso para que la Federación le dé una camiseta con su querido dorsal 23?

No quiero hablar muy alto, pero creo que no queda mucho para eso. Estoy muy contenta y ojalá la pueda vestir en París.

Te puede interesar