Centro de día

Envejecimiento en Vigo: “Huimos del modelo de centro de día de sofá, manta y tele”

Ángeles Álvarez y Pedro López, al frente del nuevo centro de día.
photo_camera Ángeles Álvarez y Pedro López, al frente del nuevo centro de día.
Profesionales del sector defienden avanzar hacia una atención más centrada en la persona y crear las condiciones para que los mayores se sientan como en su casa

El envejecimiento de la población y el deseo de permanecer en el domicilio en la medida de lo posible están incrementando la demanda de plazas en los centros de día, muchos de ellos con lista de espera año tras año para poder acceder. Frente a esto, la normativa que rige los centros de día es la misma desde hace casi tres décadas, con requisitos como las ratios, la accesibilidad o los asientos ergonómicos. 

Profesionales del sector consideran que es momento de evolucionar hacia un modelo de atención centrado en la persona y en el que prime un ambiente lo más hogareño y cercano posible para los usuarios. Es la opinión de  la directora del centro de día Parque de Castrelos, que lleva años trabajando en esta línea y que ha podido comprobar los beneficios que tiene para los mayores, especialmente para los que tienen deterioro cognitivo o algún tipo de demencia.

“Trabajamos sobre lo cotidiano, lo significativo, y escapamos un poco de esos ambientes que parecen más un instituto que una vivienda. Están más tranquilos en un lugar que les recuerde a su casa". Son personas que pasan muchas horas en estos recintos y considera que el modelo de “sofá, manta y tele, y acompañamiento al cuarto de baño cuando lo necesitan” está obsoleto. 

Además, asegura que ha cambiado el perfil de las personas mayores, porque tienen más inquietudes y son por tanto más exigentes. “Si tenían una vida cultural pedirán que les ofrezcas cultura, si hacían deporte querrán alguna actividad física. Los profesionales tienen que formarse para adquirir nuevas habilidades y competencias, porque los mayores están más formados que ellos, ya no les vale con hacer crucigramas y sopas de letras”.

Las medidas pasan por un nuevo diseño, que tengan en cuenta el ambiente, la luz, el color o incluso los olores, así como  la distribución por rincones para atender la diversidad de los usuarios, con zonas para leer, para coser, para charlas con amigos, para jugar a las cartas, además de incorporar objetos significativos para ellos, entre otras.

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