El salesiano de Vigo, pendiente de cumplir una de las mayores penas por abusos sexuales a menores (32 años), sigue en paradero desconocido pese a la orden internacional
La detención de Carlos Navarro, ‘el Yoyas’, el popular exconcursante de ‘Gran Hermano’, tras 19 meses fugado de la justicia vuelve a poner sobre la mesa las dificultades a las que se enfrentan las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado para dar con el paradero de quienes tratan de evitar el ingreso en prisión, buscando, en algunos casos, la huida a la espera de la prescripción del delito.
Más de un año lleva ya en paradero desconocido el cura salesiano de Vigo, Segundo Cousido, pendiente de cumplir una de las mayores condenas por abusos sexuales a menores, junto con el hostelero vigués, apodado ‘el papi’ (quien sí cumplió con la sentencia condenatoria). A Cousido le impusieron un total de 32 años y medio de prisión, de los que 18 son de cumplimiento efectivo, mientras que el segundo asumió un total de 36, 12 de cumplimiento.
Tenía que haberse presentado voluntariamente en la cárcel de A Lama, en marzo de 2023, pero no lo hizo. Pese a que la Audiencia acordó una orden nacional e internacional de busca y captura, en estos 15 meses no se ha tenido ni una sola pista de dónde podría encontrarse.
La citada orden permitiría localizar al prófugo en el momento en el que tenga que identificarse o entregar sus documentos en cualquier lugar del país o fuera de él.
No obstante, estas búsquedas no son sencillas. Solo hay que recordar el caso de José Manuel Costas, el dueño de ‘Las 5 Jotas’, condenado por la mayor trama de fraude fiscal de Galicia e incluido entre los prófugos más buscados por la Interpol, y que estuvo dos años huido a tan solo 80 kilómetros de Vigo.
Hasta ahora, sin embargo, la fuga más larga es la de los hermanos Alfredo (ya fallecido) y Manuel Hermida, los que fueran propietarios de La Barraca y a los que se les perdió la pista en 2018 cuando tenían que ingresar en prisión para cumplir una condena de tres años. Con parte de los delitos ya prescritos, el juzgado tuvo por primera vez noticias de uno de ellos, Alfredo, al recibir el certificado de defunción en el propio hospital vigués.
En el caso del salesiano de Vigo, en octubre la Policía y Guardia Civil obtuvieron autorización para difundir su imagen en las plataformas online solicitando colaboración, sin que se haya incluido la misma entre los prófugos buscados por ambos cuerpos.
