Al lado del Museo de Mar se sabía desde 2000 de la existencia de restos romanos, pero no ha sido hasta hace poco que una expedición liderada por el arqueólogo Adolfo Fernández, de la Universidad de Vigo, ha definido su contenido. Se trata en realidad de un conjunto integrado por dos edificios, uno al lado del otro, que se extienden entre la playa y lo que hoy es la carretera, en parte de la finca anexa al museo, adquirida por la Xunta hace años. Adolfo Fernández señala que los trabajos realizados han podido descubrir construcciones y fijar que se trata de una de las muchas villas romanas que había en la Ría de Vigo.
La cronología y dimensiones reales es todavía complicado de ajustar, entre otras cosas porque el yacimiento está a tres metros de profundidad, pero serían construcciones datadas entre los siglos I y VI, es decir, que son romanas y también altomedievales. Y que confirman que el poblamiento de lo que hoy es Vigo era muy importante, mucho más de lo que se creía, durante la etapa romana, cuando se construyó esta ciudad, quizá como Vicus o Vico o Burbida, que el nombre no está claro. “Lo que sabemos es que no hacemos más que encontrar villas romanas en la costa, una tras otra, al lado de la playa, y también salazones y salinas, lo que indica que había mucha población y un desarrollo comercial muy relevante, es algo único”, señala el arqueólogo, que ha venido a confirmar que el pasado de Vigo está todavía por desenterrar, pero es mucho más relevante de lo que se creía.
Algunos restos ya están musealizados, como las salinas de Rosalía de Castro o la vivienda del Vao (la finca Mirambell), que incluso aparece destacada en el Museo Arqueológico nacional. ¿Y ahora? En el Museo del Mar se señala que será una decisión de la Consellería de Cultura, que de momento estudiará qué hacer. De lo que no hay duda es que para el Museo del Mar sería repetir el bingo de a aparición del castro prerromano, que forma parte integrante de la colección, ahora con una villa romana. Un lujo para un museo.
Pero no es la única excavación en marcha. En Cíes comenzará también una programación que llevará el propio Adolfo Fernández en torno al monasterio, donde también se localizaron restos romanos, como muros y un posible yacimiento. Está todo por descubrir, pero promete porque se desconocía una presencia permanente romana en las islas.
Lo que sí se conocía es el llamado Castro das Hortas, prerromano, situado en el inicio a la subida al Faro de Cíes. Aquí ya hay una decisión tomada por el Parque Nacional de realizar una excavación y consolidación completa, de cara a la exhibición del poblado, que se convertirá en un nuevo atractivo en las islas. Aunque gran parte de las estructuras han podido desaparecer en la construcción del faro, todavía habría mucho que descubrir.
Aflora el primer Vicus
El otro aspecto de la campaña será catalogar el patrimonio arqueológico de las islas, en concreto el espacio donde se localizaron piezas romanas, muros y material disperso. De la proliferación arqueológica en Vigo da cuenta que solo en los dos últimos meses han aparecido, en este caso durante unos trabajos de instalación de alumbrado, un poblado castreño en A Guía de cierta importancia, aunque ha sido tapado a la espera de futuras investigaciones, decisión con la que no está de acuerdo en absoluto el arqueólogo José Manuel Hidalgo Cuñarro, quien considera que Vigo pierde la oportunidad de mostrar que sus dos montes principales A Guía y O Castro, contaban con población. En Alcabre, al lado del cementerio, también apareció una necrópolis romana, e igualmente durante la construcción de una canalización. El primer Vigo aflora.
