Enrique López Veiga, hoy jubilado, hace poco presidente del Puerto, era en 2002 el conselleiro del Mar. Estuvo en primera línea.
¿20 años después cómo ve aquello?
Lo veo lejano. En estos años han pasado muchas cosas, ha habido una sentencia importante que exculpó a Lopez Sorts y fue rotunda: dice lo que decíamos nosotros, que no hay solución buena, la menos mala fue alejar el barco, como dice el juez, nadie se ha atrevido a decir qué hacer. Llevarlo a Corcubión no era viable, habría ido el barco contra las piedras y se habría contaminado todo mucho más. Es mejor que los vertidos ocurran en alta mar y no en tierra. Es la menos peor.
¿Si volviera a pasar ahora que se haría?
Hace unos años, pasó con un barco holandés con fosfatos minerales y no lo metieron en el puerto. Una cosa es predicar y otra decidir sobre el momento. Se pueden cometer errores, pero hoy por hoy no veo ese barco metiéndolo en la Ría de Vigo. Lo que sí recuerdo es que le pregunté a todos los alcaldes de llevarlo a puerto y todos dijeron que no, que había que hacer otra cosa. ¿Un remolque? Cómo se maneja, no hay quien lo meta en las rías. El alcalde de Coruña se opuso porque el riesgo de un super petrolero es mu serio, quien defienda meterlo en puerto que lo explique mejor. A qué puerto llevarlo, a Vigo no.
¿Al exterior de Coruña?
Quizá sería posible, pero difícil, porque afecta a la Costa da Morte, hay que tener valor. En las elecciones municipales que vinieron después el PP ganó, no tuvimos ningún problema con las cofradías con diálogo fluido, usando las competencias en la Xunta y con asistencia financiera. Dicen que compraron los votos, ¿entonces qué, pagar poco y tarde, como en La Palma? El conselleiro de Facenda, Cholo Orza, dijo que había que resolverlo porque la gente no podía pescar, y eso había que compensarlo y bien. Sabía cómo hacerlo, con un mecanismo extra presupuestario aprobado en Consello de la Xunta para gastar cierta cantidad que luego hay que devolver, eran 70 millones. Teníamos el mecanismo legal, y sabíamos hacer las cosas, y utilizamos fondos estructurales. Eran generosos, sí, pero lo que pretendíamos es que no se notara el efecto renta, y eso se confirmó en un estudio.
¿Fue muy duro?
Si el PP está en la oposición no pasa eso, porque no sale a la calle ni monta el Nunca Máis, porque ya pasó con el naufragio del “Mar Egeo”, la consecuencia fue que nos pusimos a disposicion del Gobierno del PSOE y firmamos en 1990 el acuerdo por el que en caso de accidente la Xunta pone los guardacostas a disposición del Gobierno para que hubiera mando único.
¿Cómo vivió la marea negra en primera línea?
Hay miles de imágenes de cuando estaba por la zona. Teníamos contacto permanente con mariscadores, pescadores, fue hasta agradable, nunca me sentí rechazado. Lo peor, con los urbanitas de Vigo, que decían que iba a bajar el PIF cuatro puntos en Galicia, las barbaridades sobre que lo peor estaba por llegar. Que iba a reventar todo el ‘Prestige’ y salir todo... había que pasar revista a todas las estupideces que se dijeron a puñados.
