Alejo Stivel: “El destino me regaló Tequila para compensar la mala vida que me dio”

Alejo Stivel presentó su autobiografía en Vigo.
photo_camera Alejo Stivel presentó su autobiografía en Vigo.

Alejo Stivel presenta sus memorias bajo el título “Yo debería estar muerto”. Reconoce ver el futuro con optimismo

“Yo debería estar muerto” es el título de las memorias de Alejo Stivel (Buenos Aires, 1959). Cuenta varias situaciones en que el final más lógico sería el que acaba con su vida, desde la tuberculosis a los 5 años, a sus tonteos con las drogas o a la represión militar en el último golpe de Estado en Argentina; pero su autobiografía es mucho más interesante, tal y como lo advierte el protagonista en una entrevista para Atlántico: “Han sido muchas y por diferentes razones que he esquivado a la Parca, pero aquí estoy, y aunque el título sea ese, que los potenciales lectores no crean que solo va de eso, hay anécdotas muy graciosas”.

Hijo de actores separados, desde su infancia ha estado rodeado por intelectuales como Julio Cortazar que influyeron en su forma de ser. “La verdad es que tuve mucha suerte con el entorno en el que me crié, aunque de pequeño me sentía como un inadaptado y quería ser normal como las familias que veía en las casas de mis compañeros; más tarde me di cuenta que no estaba mal ser el raro”. Muchas de sus vivencias le inspiraron canciones que Tequila convirtió en himnos. Aunque lo cuenta en un tono desenfadado, es contundente cuando habla de su dedicación al grupo que formó después de exiliarse en Madrid, en 1977, con un amigo de la infancia, Ariel Rot. “Nada fue casualidad. Éramos muy profesionales, pese a ser jovencísimos. Ensayábamos mucho, por eso sonaba tan bien, con Tequila dimos muchos conciertos”.

Para algunos, esta banda trajo el rock & roll a España, algo sobre lo que  Stivel evita pronunciarse, “no soy yo quien tiene que decir eso, sonaría muy pedante”. Sin embargo, reconoce que vivió grandes momentos con la banda.  “Supuso experiencias increíbles, fue mi universidad, aprendí a ser profesional; creo que el destino me regaló Tequila para compensar la mala vida que me dio; tras tener que huir de una dictadura, me dio algo que divertido; mi vida podría ser una tragicomedia”.

Y después de tocar el cielo, todo acabó al disolverse la banda. “Reinventarse fue difícil, pero lo logré, a los 30 años aprendí un oficio nuevo, el de productor”. Dedica varios capítulos de sus memorias a personajes importantes para él, entre los que está Joaquín Sabina, de quien fue productor: “Es un privilegio poder trabajar con un tipo tan culto, simpático, talentoso y cariñoso, es una suerte participar en canciones tan ingeniosas”.

Escribió ahora las memorias porque asegura medio bromeando, “fui amenazado, acusado, perseguido por las editoras de Espasa, tras dos años de resistencia sentía incluso miedo físico”. Está muy satisfecho con el resultado de un libro, que reconoce, le costó arrancar y finalizar. “Ahora estoy en el siguiente capítulo del último de la biografía”.

Te puede interesar