Los dos últimos ejercicios, 2023 y el primer semestre de 2024, han sido una excepción en una tendencia consolidada claramente a la baja y lejos del nivel de hace 50 años
El año 2023 fue una excepción como el más lluvioso del siglo -en el centro urbano, no en Peinador- con un acumulado de 1.700 litros que ascienden en Peinador a algo más de 2.000. Y a 3.480 en Fornelos, que a efectos prácticos es donde importa, el municipio en el que se encuentra la presa de Eiras, que alimenta al área metropolitana. Fueron unos 100 litros más que el ejercicio anterior y 400 por encima de 2021. Y el doble que en 2017, el más seco del siglo, que a punto estuvo de provocar restricciones serias.
Todo muy llamativo, pero la realidad de la estadística a largo plazo dice otra cosa muy distinta: que en Vigo, como en el sur de Galicia, cada vez llueve menos. Y en concreto en el siglo XXI la media anual supone menos de la mitad del promedio del siglo XX. El año 2000 fue precisamente el más húmedo en Vigo, con casi 5.000 litros recogidos en Peinador, a la altura de lo que era habitual en la década de los sesenta y setenta. Pero fue una excepción: a partir de ahí, la intensidad ha ido sensiblemente reduciéndose, como se puede constatar en la gráfica desde 1950. Con altibajos, la tendencia consolidada es a la baja.
La excepción de 2023 se observa en que desde el 15 de octubre al 15 de noviembre hubo precipitaciones todos los días, acumulándose solo en ese período 702 litros, el 40 por ciento de todo el año. En octubre, en una sola jornada se recogieron 82. En 2022 se alcanzaron 1.569 litros, también gracias a un trimestre final muy lluvioso. Porque los datos acumulados señalan que llueve mucho menos en el siglo XXI que en el XX, y 2023 no era distinto, pero octubre y noviembre lo cambiaron todo.
En 2024 se ha mantenido el nivel alto y en el primer semestre se acumulan 902 litros, al ritmo que en 2023: ha llovido en más de 100 días sobre 180. Gracias a ello los embalses se encuentran a tope de capacidad y a menudo con los aliviaderos funcionando. En junio se han recogido en el centro de Vigo unos 60 litros, que coincide con el promedio del sexto mes de todo el siglo.
Un tercer embalse para Vigo
Hasta la década de los setenta en Vigo solo había un embalse, el de Zamáns, que ya resultaba insuficiente para atender a la demanda creciente de la ciudad y su industria, por lo que se sucedieron los cortes de agua hasta que se abrió Eiras, en Fornelos, el punto donde más llueve de Galicia, que lo cambió todo. Es la mayor presa de abastecimiento de la comunidad, diez veces superior a Zamáns, pero también da síntomas de haberse quedado atrás.
En 2017 fue la última ocasión en que el nivel cayó por debajo del 30 por ciento, lo que estuvo a punto de costar restricciones. En los últimos ejercicios no ha habido problemas y tampoco en el actual, donde las reservas están cerca del 100 por cien ya en verano. Pero antes o después llegará un año muy seco o incluso varios, a tenor de la evolución a la baja de las precipitaciones y las previsiones negras. Encima de la mesa hay tres posibilidades: un trasvase desde el Miño para las urgencias, otro desde el Verdugo, que rechazan los vecinos, y el tercero, ampliar Eiras como un tercer embalse: la solución más eficiente y también la más difícil de ejecutar.
