Blue Jeans (Francisco de Paula Fernández) llega a las librerías con una nueva novela, “Una influencer muerta en París”. Es un thriller ambientado en el nuevo mundo de los creadores de contenido que presentó en Atlántico TV.
Se mantiene fiel al público juvenil, aunque también tiene seguidores de otras edades.
Es una novela juvenil, pero como llevo defendiendo hace un montón de años, reivindico que esta literatura es para todo tipo de lectores, con lo que esta es una historia donde hay un asesinato.
Aborda temas serios como la salud mental ou la presión social. ¿La ficción es una buena forma de concienciación?
Trato el mundo de los creadores de contenidos, una actividad muy actual, del que no todo el mundo entiende qué se dedican estos jóvenes, haciendo bailes y cosas delante de la cámara, pero que son ídolos para muchos. Es una profesión más y habló de ella desde el punto de vista de los adultos, pero también desde su situación, cómo les afecta la rivalidad entre ellos, las exigencias de las marcas o la dictadura de los “likes”.
¿Es usuario de redes sociales?
Yo nací como escritor en fotolog, luego pasé a tuenti. Ahora tengo todos: facebook, twitter, instagram, youtube… Me he ido adaptando y mi público también. Las llevo yo directamente, escribo comentarios y respondo a los privados. Soy muy participativo.
Eso es un trabajo extra.
Creo que si alguien te escribe es normal que le responda, siempre le he mantenido. Es importante que el lector vea que soy una persona normal y corriente, cercana, que seas yo mismo el conteste sus dudas.
¿Por qué escogió el mundo de los influencers para su novela?
Es más complejo de lo que perece a simple vista y los lectores más jóvenes están muy implicados. Muchos de los ídolos de mis lectores son creadores de contenidos. Me apetecía tratarlo, pero no de manera frívola, quería profundizar, estudiarlos, hablar con algunos. Quería que tuviese credibilidad. Parece algo muy superficial porque viven de la imagen, pero hay mucho más detrás.
¿Se inspiró en algún personaje real?
No voy a dar nombres, pero sí que hay una base real. No se puede enfadar nadie porque es ficción. Fui tomando cosas para configurar a los protagonistas, ¿qué mejor manera de que sea creíble que analizar a gente de verdad?
Y en esta ocasión, escogió una localización llena de glamour.
Mi última novela había sido en Sevilla; “El campamento”, en Pirineos y “La chica invisible”, en un pueblecito pequeñito sin nombre, que parecía estar en Andalucía. En la editorial me sugirieron que esta vez lo llevase a una gran ciudad. Pensé en Londres, pero París es perfecto, la ciudad del glamour, del amor y de la luz, aunque siempre que he estado estaba nublado. Igual por eso siempre me ha transmitido misterio.
Ya son 17 novelas y todas para público juvenil. ¿No tiene miedo a que le encasillen?
No, estoy orgulloso de escribir literatura juvenil. Si me encasillan, primero tienen razón y segundo, es un honor. Los que escribimos juvenil creamos a los lectores del futuro. Somos primeras lecturas y tenemos seguidores muy fieles y exigentes. Siempre pido que me pongan en la sección juvenil de las librerías.
Juvenil y thriller. ¿Engancha el misterio?
Engancha leerlo y escribirlo. En mis primeros diez libros había corazoncitos en las portadas, pero llegó un momento en que tenía que salir de esa zona de confort, me apetecía cambiar y es divertido.
Ahora muchos escritores enfocan su novela pensando en la versión audiovisual.
Son muy optimistas. No es fácil.
Pero usted ya tiene experiencia.
No escribo pensando que se vaya a hacer una serie. Es cierto que “El Club de los Incomprendidos” acabó en el cine, “La chica invisible” en Disney y he vendido los derechos de “El campamento” a una productora británica, pero son tres milagros. Yo escribo para los lectores y si luego tengo la suerte que se haga serie es una vida extra de la novela. Lo importantes es que se vaya a leer.
