Manuel Amor escribió ayer en Vigo un capítulo propia en la corta historia del 'pitch&putt', modalidad derivada del golf que acorta los recorridos de los hoyos, generalmente a una aproximación y una definición el green. El Club de Campo acogió estos días el Mundial de esta disciplina, en auge en todo el planeta y con especial preponderancia en Irlanda. De hecho, el catalán se convirtió en el primer campeón del mundo que no es de la Isla Esmeralda en la cuarta edición del certamen global.
Amor fraguó su triunfo en la regularidad y en el temple en los momentos clave. Firmó una tarjeta de 185 golpes, 31 bajo par, tras unos recorridos de 45, 50, 44 y 46. El irlandés Kieran Earls se quedó a dos golpes del catalán (187) y el podio lo completó su compatriota John Ross Crangle (189). El ourensano Alejandro Fernández fue el mejor gallego, al concluir noveno con 195 golpes.
En cuanto a la categoría femenina, la neerlandesa Esther de Schiffart levantó el título mundial. Lo hizo con dos bajo par, siete mejor que su compatriota Kim Kuijsters y ocho que la irlandesa Ailish Sexton. La ourensana María Escudero concluyó cuarta y mejor gallega del campeonato.