Las dudas de la derecha en el Celta

Hace poco más de un año, Carles Pérez firmaba su contrato con el Celta hasta junio de 2027.
photo_camera Hace poco más de un año, Carles Pérez firmaba su contrato con el Celta hasta junio de 2027.

Carles y Miguel, de perfil similar, inician el verano a sabiendas de que el mercado hablará

Dos jugadores con el mismo perfil dentro de un vestuario tienen claro que la competencia entre ambos va a ser dura y que, en la inmensa mayoría de las ocasiones, uno tapará a otro. Sucedió en la recta final de la pasada temporada con Carles Pérez y Miguel Rodríguez. Dos futbolistas en puntos bien diferentes de sus respectivas carreras pero que esta semana iniciarán la pretemporada sin tener claro si su futuro inmediato pasa por seguir defendiendo la camiseta celeste. De momento, los dos tienen previsto empezar a trabajar con el técnico céltico, Claudio Giráldez, a la espera de acontecimientos en un mercado que, no en vano, acaba de abrirse oficialmente el pasado lunes.

 

 

Carles Pérez fue adquirido en propiedad por el Celta hace apenas un año, después de haber convencido en un primer curso cedido desde la Roma. Sin embargo, los problemas físicos y cierto desencuentro táctico con los entrenadores -especialmente Rafa Benítez- no le permitieron disponer de protagonismo. El jugador, como es lógico al disponer de tres años más de contrato, tiene como primera opción seguir en Vigo, pero desde su entorno se apunta a que su nombre es recurrente como objetivo de equipos de España y del extranjero cada vez que se abre el mercado -el pasado enero, sin ir más lejos-, por lo que es imposible cerrar la puerta al cien por cien a una salida. Al club tampoco le rompería su plan, entre otras razones porque es una de las fichas más elevadas de la plantilla.

Madurez del canterano

Con Miguel se abren nuevas perspectivas, por su edad (21 años) y por su condición de canterano. La posibilidad de una cesión para su crecimiento competitivo existe, pero de momento ha apostado por empezar con el equipo y volverse a probar en casa. A nivel de maduración, se estima que una experiencia fuera de casa puede beneficiar a un jugador que no ha logrado mostrar su potencial con suficiente regularidad en el primer equipo.

Es seguro que al redondelano le saldrán novias, especialmente en Segunda División y en alguna liga extranjera. Si Carles se queda, sus minutos se reducirán; si se va, todo podría aclararse más, aunque siempre con la titularidad complicada. El mercado hablará.

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