Murales en Vigo

Un gran mural de 200 metros transforma la calle Ourense en Vigo

El artista sevillano finalizó su obra tras seis días de trabajo, invitando a los vecinos a interpretar su significado.
photo_camera El artista sevillano finalizó su obra tras seis días de trabajo, invitando a los vecinos a interpretar su significado.
"Me encantaría repetir. La única pena con la que me voy es no haber podido dejar una obra más perceptible", afirmaba Bahamonte

El artista sevillano Zësar Bahamonte culminó su mural ubicado en la calle Ourense, a la altura de su intersección con Romil. Una obra enmarcada dentro del festival de arte urbano Vigo Ciudad de Color. Con este proyecto, el artista logró trasformar un muro gris en una auténtica obra de arte, resultado de varios días de trabajo. “Hemos tardado seis", indicaba, quien no se equivocaba al hablar en plural, pues, “durante este tiempo estuve trabajando con mis dos asistentes, Trili y Macarena Paneque, dos artistas sevillanas que han venido conmigo” matizaba el artista.

Este mural presenta una serie de elementos repetitivos que crean un ritmo visual único. “Hay varias figuras de distintas personas que se repiten a lo largo de la pieza, creando un equilibrio a base de distintos cortes y repeticiones que le he hecho. Además, hay también unas manos que vienen de un lado y de otro que comparten unos elementos en el medio, de un lado una esfera y en el otro es como una especie de testigo”, detallaba Bahamonte

Aunque el autor tiene claro el sentido de esta obra, “para mí tiene su significado de compartir, del relevo generacional, es de las cosas más positivas que tienen los seres humanos para compartirse entre ellos, para legarse”, la interpretación final de la obra se la deja en manos de los residentes, quienes ya han mostrado un gran interés en este proyecto. “Lo dejo un poco abierto a la imaginación de ellos, que creo que es lo más interesante de esto”, unos vecinos que ya se han acercado a expresar al artista sus propias conclusiones. “Mientras iba pintando, fueron muchas las personas que se fueron acercando para compartir sus interpretaciones conmigo, las cuales no tenían nada que ver con lo que yo había pensado al principio, pero está bien. Lo mejor es que cada uno lo complete a su manera y le atribuya un significado propio” recalcaba. 

Zësar Bahamonte y sus asistentes.
Zësar Bahamonte y sus asistentes.

Una vez terminado Bahamonte no duda en mostrarse satisfecho con el resultado. “Estoy contento, me encantaría repetir, estaría precioso pintar alguna medianera de un edifico. Este mural, aunque le tengo mucho cariño, me lo ha puesto bastante difícil. Expresarse en un muro de 200 metros con un formato así de fino y largo no ha sido sencillo. Es la única pena con la que me voy, no haber podido dejar una obra más perceptible y que vista la fachada de un edifico”.

El artista sevillano no se detiene aquí.“Durante este año aún me queda un par de proyectos en Francia, concretamente en Montpelliery Marsella” revelaba, anticipando así su continua contribución al arte urbano internacional.

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