Una guía detecta riesgos con el uso de IA en la educación

Niños miran a una pantalla durante una clase del colegio.
photo_camera Niños miran a una pantalla durante una clase del colegio.

Reemplazo de docentes, evaluación automatizada o falta de accesibilidad son algunos de ellos

La “Guía para el uso de la Inteligencia Artificial en Educación”, publicada por dide.org, identifica los riesgos de esta tecnología en la etapa escolar, como el posible reemplazo de la interacción docente, su uso para la evaluación automatizada sin supervisión humana o la falta de accesibilidad para las personas con necesidades educativas especiales.

El documento, elaborado por el neurólogo pediátrico y director del centro Inanp, Manuel Antonio Fernández, y la directora de Psicología de dide.org, Nuria Ros, señala que la IA “no debe sustituir la interacción humana en el proceso educativo”, ya que es fundamental que los docentes continúen desempeñando un papel activo en la enseñanza, guiando a los alumnos, fomentando el pensamiento crítico y la resolución de problemas, y creando un ambiente de aprendizaje positivo y enriquecedor.

También advierte de la “falta de transparencia y control” sobre los algoritmos de Inteligencia Artificial, por lo que resalta la importancia de que las herramientas “sean transparentes y que los docentes y padres tengan control sobre los datos que se recopilan y cómo se utilizan”.

Los expertos apuestan por evitar los sistemas de Inteligencia Artificial que discriminan o segregan a los alumnos, perpetuando sesgos existentes o creando nuevos. “La transparencia en el funcionamiento de estas tecnologías, la protección de los datos personales, el cumplimiento de la normativa vigente y el respeto a los derechos de los usuarios son pilares esenciales para construir un entorno educativo confiable y eficiente”, aseveran.

Proceso integral

La guía puntualiza que la evaluación del aprendizaje “debe ser un proceso integral que considere diversos aspectos, no solo los resultados de evaluaciones automatizadas”. Así, explica que, aunque la IA puede ser una herramienta útil para la evaluación, “siempre debe complementarse con la evaluación docente y la retroalimentación personalizada”.

Respecto al plagio y la falta de originalidad en el trabajo académico, los expertos defienden que los alumnos sean conscientes de que la Inteligencia Artificial “no debe utilizarse para plagiar o generar trabajos académicos sin esfuerzo propio”. 

En este sentido, inciden en que es fundamental fomentar la originalidad, el pensamiento crítico y la investigación autónoma en los estudiantes. Igualmente, hacen hincapié en que “es crucial” que docentes y alumnos reciban la formación adecuada para utilizar las herramientas de Inteligencia Artificial “de manera efectiva y responsable”. 

De este modo, alumnos y profesores “deben comprender las posibilidades y limitaciones de la Inteligencia Artificial, así como los riesgos potenciales asociados a su uso”. La guía refleja que la Inteligencia Artificial debe ser accesible para todos los alumnos, independientemente de sus capacidades o necesidades educativas especiales, por lo que insta a implementar estrategias para garantizar que esta tecnología “no amplíe las brechas educativas existentes”.

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