José Montero Reguera: “Me siento muy honrado de haber ingresado como miembro del instituto de estudios madrileños"

Montero es decano de la Facultad de Filología y Traducción.
photo_camera Montero es decano de la Facultad de Filología y Traducción.
"He llevado a la Universidad de Vigo a lugares de mucho prestigio, sobre todo como cervantista", explica el catedrático de Literatura Española de la UVigo

El catedrático José Montero lleva toda una vida llevando el nombre de la Universidad de Vigo por todo el mundo, desde Pekín a Nueva York pasando por Bangladés o París, invitado por sus conocimientos literarios y por ser uno de los mayores expertos cervantistas del mundo. El prestigio de la Universidad de Vigo viene en este caso desde el área de conocimiento de las Humanidades. Montero da clase de Literatura Española en el campus vigués, donde también ejerce como decano de la Facultad de Filología y Traducción. Ahora, gracias a una trayectoria académica de tres décadas volcada en autores literarios con vínculos en la capital de España, ingresó como miembro de número en el Instituto de Estudios Madrileños. Se trata de un centro de estudios locales fundado en 1951 que estudia y difunde la cultura y la historia de Madrid, y que está adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

 

¿Cómo ingresó en el Instituto de Estudios Madrileños?

Los estatutos de este centro de estudios locales, que es posiblemente de los más antiguos de España, indican que hay que presentar una candidatura y que tiene que ser avalada por varios miembros numerarios. Me postulé y fui avalado por un número importante de socios y me siento muy orgulloso porque entre ellos estaban todos los presidentes vivos del Instituto de Estudios Madrileños. Luego salí elegido en la asamblea. Son tres fases. Para que sea efectivo el nombramiento hay que leer un discurso de ingreso (lo leyó en abril del año pasado bajo el título “Memorias madrileñas de hace un siglo en homenaje a Pío Baroja”) y todo eso queda sancionado con la entrega de un diploma y una medalla, un acto que se celebró el pasado día 18 de marzo en Madrid.

 

¿Cómo se siente?

Muy contento, muy reconocido y muy honrado. Esto se corresponde con una carrera académica de treinta años en la que he proporcionado trabajos, estudios, libros y publicaciones muy diversas sobre autores o bien de origen madrileño como Cervantes, Lope de Vega o Calderón de la Barca, y otros escritores que no siendo madrileños vivieron y triunfaron en Madrid. Es el caso de Juan Ruiz de Alarcón que nació en Nueva España (hoy México) cuando aún formaba parte de la Corona de Castilla o Alonso de Castillo Solórzano, que no siendo madrileño buena parte de sus obras tienen su centro neurálgico en Madrid. Fuera de esos siglos XVI y XVII, que son realmente mi especialidad, también he realizado trabajos de cierta entidad sobre autores que nacieron en otros sitios pero hicieron de Madrid su lugar de trabajo y donde triunfaron, como Pío Baroja, Emilia Pardo Bazán o Wenceslao Fernández Flórez, entre otros muchos.

 

Tiene un bagaje considerable.

Son más de 200 trabajos publicados y más de dos docenas de libros, muchos directamente relacionados con autores muy relacionados con Madrid.

 

¿Se pueden hacer cosas desde la periferia?

Yo no veo periferias, lo importante es tener ilusión y ganas.

 

¿El puesto de miembro numerario del Instituto implica responsabilidades?

Los miembros numerarios tenemos responsabilidades que vienen dadas por los estatutos, como contribuir a las publicaciones del Instituto, participar en informes que nos requieran, por ejemplo resolver dudas del Ayuntamiento de Madrid sobre nominaciones de calles, cuestiones históricas de un edificio y lo que nos propongan.

 

¿Madrid fue una ciudad con mucho peso literario por ser la capital?

Madrid pasó de ser una villa relativamente pequeña a mediados del siglo XVI a convertirse en una ciudad absolutamente desbordada de gente en el momento en que Felipe II la convirtió en 1559 en capital del Reino, allí estaba la Corte y en la Corte estaba todo. Madrid creció exponencialmente desde mediados del siglo XVI, en el XVII y en adelante. Reunió allí a muchos autores de diversa condición, porque habían nacido en la capital o porque acudieron por ser el lugar donde pretendían cargos o mecenas.

 

¿Puede citar algunos ejemplos?

Lope de Vega es madrileño y triunfó en los teatros de Madrid o Miguel de Cervantes, que a pesar de tener una vida itinerante, Madrid fue el lugar donde triunfó en el teatro y en sus últimos años publicó allí las obras por las que hoy le recordamos. Otro escritor que no es madrileño, Juan Ruiz de Alarcón, vino a España por era letrado y pretendía un cargo en la Administración Pública. Lo consiguió, fue relator en el Consejo de Indias, pero antes de eso tuvo 15 o 20 años de éxitos en Madrid como dramaturgo, cuando escribe La verdad sospechosa y la representa, o La crueldad por el honor y otras obras.

 

Además del reconocimiento a su trayectoria, ¿qué supone este nombramiento para la Universidad de Vigo?

He llevado a la Universidad de Vigo a lugares de mucho prestigio, sobre todo como cervantista. Cervantes me ha llevado por todo el mundo y yo gracias a eso llevé a la Universidad por todo el mundo también. Es también la muestra de que las Humanidades no son algo secundario con respecto a otros campos, somos tan valiosos o más.

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