Rodrigo Cortés: "No hay cámara sin pluma, ni pluma sin cámara"

Rodrigo Cortés, en el set de Atlántico TV.
photo_camera Rodrigo Cortés, en el set de Atlántico TV.
"Sería incapaz de poner una disciplina sobre otra", confiesa el novelista y cineasta, que presenta “Cuentos telúricos”

Rodrigo Cortés (Cenlles, 1973), director, guionista, productor y actor gallego, afincado en Salamanca. Obtuvo el Goya al mejor guión original en 2011 por “Buried”, protagonizada por Ryan Reynolds. Trabajó entre otros con Uma Thurman, Sigourney Weaver o​ Robert de Niro. Una de sus facetas creativas, la de escritor, lo trajo al set de AtlánticoTV para presentar “Cuentos telúricos”.

 

 

“Cuentos telúricos” no dejan indiferente. ¿Es un surrealismo consciente?

Ni yo mismo sé lo que es. Son cuentos casi fantásticos o realistas a duras penas o mágicos por muy poco. Están escritos dándome toda la libertad del mundo, sin intención de romper las leyes de la gravedad, pero sin especiales ganas de mantenerlas. Aunque no puede pasar de todo, porque no son arbitrarios.

¿Requieren una lectura si no inteligente, al menos meditada?

Les favorece no consultar el whatsApp al mismo tiempo. Hay una forma de literatura que ama el lenguaje y la musicalidad de la lectura, es cuando se persigue el humor a través de la belleza y la poesía. Aunque me sorprende también me gusta que algunos lectores me digan que muchas veces vuelven atrás en el texto, para paladearlo varias veces, solo por el gusto de ordeñarlo de nuevo. 

En cada publicación elige un género diferente. ¿Existe conexión entre su obra?

Sería mi cerebro preocupante que es de donde sale todo. Cada uno de mis tres últimos libros plantea una diferente distancia al Olimpo: una novela, un herbolario con definiciones a modo de píldoras o aforismos y este que es un libro de relatos. El cuento es la forma más natural de narración, uno se puede imaginar a ese brujo, contando historias en torno al fuego. Cuando éramos niños nos reuníamos con amigos y nos dábamos miedo los  unos a  los otros con cuentos por la noche.

¿También bebe de ese realismo mágico tan gallego?

García Márquez decía que el realismo mágico lo inventó Cunqueiro, que es la primera cita del libro. Afirmaba que le venía de su abuela gallega. Yo nací en Galicia por decisión de mi madre, que como gallega se empeñó en que su hijo fuera gallego. Eso que llamamos realismo mágico, lo que no sabemos bien que significa, desde luego en la pluma de Cunqueiro desliga sus fronteras de forma natural.

Además de libros hace películas. ¿Cómo combina ambas actividades?

Hago una y luego vuelvo a la otra. Soy cineasta diagnosticado, diferencio más disciplinas, pero sería incapaz de poner una sobre otra, para mí no hay cámara sin pluma, ni pluma sin cámara. Cada una es una apuesta por su lenguaje. Amo la palabra por razones indeterminadas. El lenguaje del cine es la acción, el personaje se define por lo que hace; en la literatura es resonancia, a veces no es tan importante la trama como lo que hace el personaje con ella, cómo la digiere. Cuando acabo una película me pongo a escribir y cuando publico un libro pienso en qué película voy a hacer.

¿Se alterna bien el trabajo en solitario del escritor al de una gran producción con un equipo detrás?

La literatura es solitaria, pero no en el mal sentido, una soledad gozosa y apetecible. En el cine usas y te expresas a través del talento de mucha gente y a veces genera sus propios problemas, también hay una parte logística que los soluciona. Es bonito ver cómo crece a través de lo que aportan otras personas. En literatura estamos solos creando, desaparece el resto, somos responsables hasta la última línea.

Muchos de estos cuentos telúricos, como “¿Se puede?”, tienen una estructura escénica. ¿Se planteó llevarlos al audiovisual y unir así sus dos actividades?

“Se puede” es casi la primera frase de cualquier sketch de Faemino y Cansado. Tiene una estructura de representación que se ve ahogada por la evolución kafkiana. No me planteé llevarlos al audiovisual con una excepción, “Gente serpiente”, el más perturbador y terrorífico. Pero, como decíamos antes, literatura y cine tienen un lenguaje totalmente distinto, se banalizaría y se perdería toda la poesía del relato. No lo voy a hacer aunque puedo imaginarme una versión cinematográfica de “Gente serpiente”.

Y siguiendo con la alternancia, su siguiente proyecto es audiovisual.

Voy a estrenar en el 31 de octubre “Escape”, producida por Scorsese.

Toda una referencia. ¿Da vértigo trabajar con él?

Es la razón por la que hago cine, la que invoco a la hora de abordar algo, un acto de brujería imposible de explicar. Es la historia de una fuga al revés, la de un hombre dispuesto a hacer lo que sea por entrar en la cárcel. Es una interpretación muy libre de la novela de Enrique Rubio, es una película singular.

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