San Rafael hará un centro para atender al espectro autista

Ana Ortiz,Miguel Santalices y Yolanda Aguiar, con los responsables del centro.
photo_camera Ana Ortiz,Miguel Santalices y Yolanda Aguiar, con los responsables del centro.
El centro de atención a personas con discapacidad intelectual cumplió su 80 aniversario como un referente en Vigo 

El centro San Rafael, de la orden de San Juan de Dios, atiende a más de 200 personas con discapacidad intelectual de niveles medio y ligero, y da servicio a una media de 500 pacientes al mes en su área de rehabilitación. Desde su apertura en Vigo hace 80 años, el centro fue creciendo para adaptarse a los tiempos y a las demandas de la sociedad. Este mismo espíritu es el que les ha llevado a inaugurar este mismo año un nuevo módulo residencial para los usuarios de más edad, con habitaciones grandes, baños adaptados e instalaciones informáticas. Para el futuro inmediato tienen otros dos proyectos. El primero de ellos es la construcción de un nuevo centro de día, cuyas obras comienzan en enero próximo, también para los mayores, y en segundo lugar tienen previsto crear un centro privado de atención temprana para personas con trastornos del espectro autista de 0 a 6 años porque aumentan los casos y también por el interés de familias y profesores a la hora de contar con una atención personalizada.

San Rafael cuenta con más de 80 trabajadores y fue de las primeras órdenes religiosas que en los años 90 confió los puestos directivos, como la gerencia, en un laico. El centro fue evolucionando en la atención a la discapacidad, puesto que se pasó de un trabajo que era sobre todo de puertas adentro a un esfuerzo para que los usuarios tengan cada vez mayor autonomía y se integren plenamente en la sociedad. “Somos una entidad que trata de proveer apoyos, de hecho tenemos usuarios que han sacado el carné de conducir y hay diez que están trabajando en distintas empresas”, explica el gerente Diego Viñas. A pesar de esto, hay usuarios que viven en el centro porque no tienen amparo familiar. Entre esos 200 usuarios hay 30 que son alumnos de 6 a 21 años de su colegio de educación especial.

Crearon la primera quiniela de fútbol de España en los años 40

San Rafael celebró ayer su 80 cumpleaños con autoridades, usuarios y profesionales del centro. Todos ellos asistieron a una eucaristía oficiada por el obispo y, tras los discursos, cortaron la tarta de cumpleaños y compartieron un pincho. Acudieron el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, la concejala de Política Social, Yolanda Aguiar, la delegada de la Xunta, Ana Ortiz. En los últimos días el centro trabajó con sus usuarios sobre la historia del centro, según explicó el gerente, Diego Viñas.

La historia de San Rafael está plagada de curiosidades, es ejemplo de la solidaridad de los vigueses y habla sobre todo de una orden religiosa que fue pionera en el sur de Galicia en la atención a personas con discapacidad. Su origen está en el año 43, en plena posguerra, y durante veinte años atendió a niños con poliomielitis, una dolencia que no tenía cura y exigía una rehabilitación intensiva. De aquella época es la foto de los hermanos llevando a hombros a los niños para que pudiesen ver un partido en Balaídos. También ejercía como centro sanitario con médicos como Troncoso que operaban gratis. A partir de los 60, el centro empezó a atender la discapacidad. Entonces recorrían los pueblos en busca de posibles usuarios  que lo necesitasen, los llevaban al centro y la familia acudía de visita. San Rafael se construyó gracias a la orden pero también al apoyo de familias adineradas de la ciudad, como los Alfageme, los Curvera, los Massó, que dieron fondos para atender a niños necesitados de Vigo y de todo el sur gallego. El edificio fue diseñado gratuitamente por Cominges pero no se pudo acabar porque se había agotado el presupuesto. Fue entonces cuando los hermanos idearon un sistema de apuestas deportivas conocido como “El Resto de San Rafael” que fue el primer modelo de quinielas de España. Todas las semanas se imprimía el calendario y la gente tenía que adivinar los resultados. Se llevó primero a bares de Coia y Bouzas, luego a todo Vigo y a toda Galicia. La mitad de lo recaudado era para las obras. El Gobierno de España lo prohibió y al año siguiente Loterías y Apuestas del Estado lanzaba la Quiniela.

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