Procesión del Cristo de la Victoria: Tradición y devoción en Vigo

La última procesión del Cristo de la Victoria en Vigo, en 2019. // J.V. Landín
photo_camera La última procesión del Cristo de la Victoria en Vigo, en 2019. // J.V. Landín
La procesión del Cristo de la Victoria es un evento con una tradición centenaria que une a la ciudad de Vigo y que despierta pasión y fervor entre los vigueses, es mucho más que una simple procesión

Tras estos años de pandemia, la procesión del Cristo de la Victoria vuelve a salir a la calle. Una tradición por la que los vigueses tienen especial devoción. 

La Cofradía del Santísimo Cristo de la Victoria

Constituida con la aprobación de los estatutos el 14 de marzo de 1933 por el Obispo de Tui D. Antonio García García, estuvo desde el primer momento establecida en la Iglesia de Santa María teniendo su local social en la calle Oliva nº 14. Actualmente ocupan dos departamentos en la casa Rectoral de la Parroquia de Santa María en la calle Joaquín Yánez 12, 1º.

La Cofradía promueve la devoción al Santísimo Cristo de la Victoria. Se encarga de todos los actos que tengan como núcleo al Cristo de la Victoria, como la celebración del 28 de marzo para conmemorar la Reconquista o la procesión del Cristo cada primer domingo de Agosto.

En el 2008, la Cofradía del Cristo de la Victoria celebró su 75 aniversario a la vez que recibió el premio Vigueses Distinguidos 2008.

La procesión: Recorrido y horario

La procesión siempre tiene lugar el primer domingo de agosto, por lo que este año coincide con el día 6 de agosto. 

La festividad del Cristo de la Victoria se inicia con la novena celebrada en su honor. En 1960, para que los actos fueran más solemnes, el prelado dio permiso para la celebración de la Santa Misa todo el novenario del que se hace cargo un grupo de afamados oradores. El último viernes de la misma se bendicen las insignias de los nuevos cofrades y hermanas y se procede a su imposición.

El descendimiento del Cristo tiene lugar la víspera, el sábado 5 de agosto, de este modo, los devotos pueden besar la talla o tocarla con sus pañuelos y entonar el Himno dedicado al Cristo. Por su parte, el pregón es reflejo de la evolución histórica, social, política, económica y espiritual de la ciudad de Vigo. Se procede a su lectura la víspera de la procesión en el Pazo-Museo “Quiñones de León” por parte de una personalidad notable de la ciudad. Este año correrá a cargo de Susana García-Baquero, fiscal jefe del área de Vigo.

El día de la procesión, desde primeras horas de la mañana la gente se agolpa en las proximidades de la Concatedral. Por la tarde, comienza la organización de la procesión. La procesión se realiza desde entonces en el Berbés, donde el Cristo es recibido con doce bombas y cohetes.

En la procesión sólo sale la imagen del Cristo con el dosel de gala, a la que precede el estandarte del Cristo, portado siempre por una personalidad viguesa invitada por la Institución. El Cristo va acompañado del Guión o Pendón de la Cofradía, portado por un miembro de la misma o una persona por ellos determinada. Junto al Pendón van los miembros de la Cofradía, presididos por el Hermano Mayor, identificados con sus medallas. Les siguen todos los miembros del Gobierno Local que quieran participar, presididos por el alcalde y con el pendón de la ciudad, todas las autoridades civiles y militares invitadas y como cierre de comitiva, el obispo y el párroco.

Además de la salida, el momento de mayor emoción es la parada realizada en la Puerta do Sol, momentos antes de concluir la procesión. Es el momento del responso final: “Demos gracias a Dios que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo. Así sea”. Entonces, la multitud entona a coro el Himno del Cristo de la Victoria. Miles de voces se unen en una única mientras jóvenes con el traje regional, que acompañaron la procesión, protagonizan un pequeño baile con sus cestos de flores en lo alto.

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