Cándida, la monja que inspiró a Chus Lago, ya es Galega Destacada

La monja Cándida Rico, en el colegio Carmelitas.
photo_camera La monja Cándida Rico, en el colegio Carmelitas.
Diálogos 90 distingue a la religiosa de Carmelitas por su implicación con la juventud, su acción social y su legado musical

“Las primeras botas de montaña que se puso Chus Lago fue estando conmigo”, afirma Cándida Rico de la Calle (Valladolid, 1934), que sonríe al recordar que la alpista siempre dejaba la tienda abierta. “Era confiada, las demás cerraban con candado”. Llegó al colegio Carmelistas en los 70 y su compromiso con la juventud, los más necesitados y su aportación a los coros musicales le avalan en la elección como Galega Destacada por Diálogos 90, en memoria de Concepción Arenal. Este domingo se hará entrega del galardón en el pazo Quiñones de León, después de la ofrenda floral en el mausoleo de la visitadora de cárceles en Pereiro. “La música, el deporte, la amistad y la vocación  para dar lo mejor de mí misma en nombre de Jesús son las facetas que destacaría de mí misma”. Así se define la homenajeada a preguntas de Atlántico.

Desde el club de montañeros Monte Ceibe llevó a miles de adolescentes a disfrutar de la naturaleza. Destaca las estancias en la nieve. “Desde hace 40 años vamos a Candelario, en la sierra de Gredos; al principio albergaba a las niñas en mi casa, nos distribuíamos en sacos de dormir en los tres pisos, era una experiencia muy enriquecedora”. La hermana Cándida señala que estas salidas, así como el encuentro veraniego en Silos, eran importantes por ser para muchas la primera oportunidad de viajar. La montaña es su pasión y con 89 años sigue saliendo de excursión. “Este año no puedo ir a Candelario porque coincide con la ceremonia de Diálogos 90”.

Religiosa vocacional, vivió la fe desde la infancia. “Vengo de una familia muy trabajadora, responsable y cristiana de corazón; los seis hermanos, yo soy la quinta, estudiamos en el colegio de Carmelitas”. Su implicación le llevó a presidir la Confer, la Conferencia Española de Religiosos. “Somos un grupo muy unido como quedó demostrado el día de la Vida Consagrada en que llenamos la iglesia de San Antonio de la Florida, fue una acción de gracias y una renovación de nuestro compromiso con Dios”.

La faceta musical es otra vía de encuentro con la sociedad viguesa. Profesora de música en el colegio, además de dirigir los coros de alumnos y padres, se puso al frente de Lembranzas Galegas, en el que introdujo géneros como la zarzuela. “Gracias a los festivales de la canción misionera recorrimos toda España y seguimos haciéndolo, el año pasado fue en Bilbao y este, en Toledo; en Vigo se hizo hasta tres veces, reuniendo a 500 niños, todos los colegios de la ciudad colaboraron para darles alojamiento en sus pabellones, son vivencias inolvidables”. En sus actividades, la monja Cándida dejó huella en numerosos vigueses.

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