Aceptó una multa de 1.080 euros por marisquear en una zona vedada en Oia cuando cumplía una pena anterior
Un furtivo habitual de los bancos del percebe de Baiona y A Guarda fue condenado de nuevo, en una vista por conformidad celebrada esta semana en el Penal 3 de Pontevedra, por un delito de quebrantamiento después de ser ‘pillado’ marisqueando en una zona vedada de Santa María de Oia cuando estaba inhabilitado para este ejercicio por una sentencia anterior de un juzgado vigués.
Según se recoge en los hechos probados, el furtivo había sido condenado por el Penal 2 de Vigo por un delito continuado contra la fauna en abril de 2022. En ese momento el juzgado le impuso, entre otras penas, la inhabilitación para el marisqueo y la pesca por un periodo de cuatro años. Sin embargo, en mayo del año pasado fue interceptado de noche en la zona de As Nais-Mougás, realizando dicha actividad, sin autorización y en una zona además que estaba vedada.
En el momento de su detención, que fue llevada a cabo por agentes pertenecientes a las unidades de Vigilantes de la Cofradía de Pescadores de Baiona, se le intervinieron dos sacos de red con percebe.
Por estos hechos, la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por la Cofradía de Pescadores La Anunciada de Baiona, solicitaban inicialmente una condena de 18 meses de multa a razón a una cuota diaria de 12 euros, lo que suponía una cantidad de 6.480 euros, pero finalmente, el acuerdo de conformidad alcanzado entre las partes, tras reconocer los hechos el acusado, rebajó la cuantía a abonar a los 1.080 euros.
Se da la circunstancia de que el mismo furtivo tiene en la actualidad otras dos causas pendientes por hechos similares en los juzgados de Vigo, por lo que podría enfrentarse a nuevas condenas penales.
Solicitarán su ingreso si no paga
La Cofradía de Pescadores de Baiona ya ha anunciado su intención de solicitar el ingreso en prisión en caso de que el condenado no haga frente al pago de la multa y estará pendiente de que no vuelva a incurrir en los mismos hechos, una de las condiciones que llevó a la acusación particular a suscribir dicho acuerdo con la defensa. Además, ejercerá todas las acciones legales a su alcance para erradicar definitivamente el furtivismo y “la expoliación salvaje en sus bancos marisqueros”.
El acusado, el día de los hechos que se produjeron sobre las 2,25 horas de la madrugada, había dejado escondido entre las piedras dos casos con 36,500 gramos de percebe.
