Tras las navidades, llega el primer gran evento del año: las rebajas de enero. Muchos dejan para después del Día de Reyes ciertas compras para aprovechar los descuentos que los comercios ofrecen estos días.
Lo que de primeras parece un regalo, se puede volver un verdadero infierno debido al alto tráfico de gente que se acumula en los centros comerciales estos días. Además, debido al incitación al consumo que se produce, en ocasiones se compra por instinto y no por necesidad. Por ello, te dejamos una serie de consejos para irte de rebajas sin dejarte el alma y la cartera en el intento, así como sacarle las mayores ventajas.
Ten claro lo que quieres
Antes de que comiencen las rebajas, elabora una lista de lo que realmente necesitas para después no excederte demasiado en tu presupuesto. Muchas veces, por estas fechas, la publicidad y el consumismo nos insta a comprar desesperadamente pensando si realmente nos hace falta alguna prenda o utensilio. Tener claro de antemano que solo queremos comprar lo que necesitamos nos ahorrará en el futuro acumular ropa que quizás ni nos pongamos y acabemos por tirar o donar.
Cuánto más pronto, mejor
Si tienes opción de madrugar, aprovéchalo. Gran cantidad de personas trabajan por la mañana y aprovechan la tarde para acudir a las rebajas. Aunque a primera hora también espera mucha gente impaciente la apertura de las tiendas, sin duda suele ser la hora menos llamativa para comprar.
Compara precios
Si lo que quieres es una prenda u objeto en concreto pero sin que sea de una tienda determinada, compara los precios de tiendas diferentes para llevarte la más económica.
Usa dinero en efectivo
Si realmente deseas no sobrepasar tu presupuesto, usa dinero en efectivo. Así controlarás con más precisión lo que gastes.
Intenta comprar en físico y no en online
Aunque es cierto que comprar online nos evita mucha gestión y evitar grandes colas en los centros comerciales, seremos más conscientes de lo que gastamos en tienda si nos desplazamos hasta allí. Al comprar con tarjeta de crédito muchas veces no controlamos realmente lo que gastamos.
