El consejo de administración de la APV validó los planes de inversión del astillero Cardama y de la empresa Termavi (terminal de contenedores) pero no así el presentado por la factoría naval San Enrique, antes Vulcano. Según señaló Carlos Botana, dicha empresa ha incumplido los términos de la concesión tanto en volumen de negocio como en las inversiones comprometidas.
La compañía pidió dos años más de prórroga al Puerto para alcanzar ambos objetivos, pero fue denegado. No obstante, tendrá un año de gracia, hasta abril de 2025, para intentar conseguir los objetivos. En concreto, un volumen de diez millones en la actividad de las instalaciones y dos millones en el capítulo de mejoras. “Diez millones era el negocio mínimo y no se aceptó el documento que remitió San Enrique, aunque el Puerto quiere dar el máximo de oportunidades para que funcionen las instalaciones”, señaló Botana, quien recordó que parte de la unidad productiva es de la propia Autoridad Portuaria.
De hecho, tras el cierre de Vulcano la APV se planteó como una de las alternativas destinar el terreno a la ampliación de la terminal de contenedores, que siempre necesita espacio. Finalmente, acordó mantener el negocio de construcción y reparación naval, adjidicando la superficie a Marina Meridional, dueña de San Enrique.
En cambio, se felicitó por que Cardama hubiera realizado el gasto comprometido, lo que significa que la empresa está trabajando a pleno rendimiento. Termavi incluso adelantó las inversiones, cuatro millones hasta 2029 según la concesión, en parte con la adquisición de la nueva grúa, una super Post Panamax que será la mayor de la terminal. Botana confirmó lo que ya había señalado en este diario Eduardo Davila, presidente de Termavi.
