Ana Ulla: “Sería extrañísimo que no hubiera vida extraterrestre”

La catedrática de Astronomía y Astrofísica de la UVigo, Ana Ulla.
photo_camera La catedrática de Astronomía y Astrofísica de la UVigo, Ana Ulla.

La astrofísica estudia los tardígrados, los animales más resistentes de la Tierra como modelos de gran valor de cara a la búsqueda de vida compleja fuera de la Tierra

"¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Estamos solos en la Galaxia o acompañados?". La canción que compuso Siniestro Total en 1984 resume muy bien una de las grandes preocupaciones de la Humanidad, tan importante como buscar comida o protegerse del frío. La astrofísica de la Universidad de Vigo Ana Ulla añade el interés que tiene para la ciencia esta búsqueda de vida extraterrestre, tanto si tiene características similares a la nuestra como si es totalmente distinta porque permitiría aprender y se producirían avances hoy inimaginables. Lo compara con el descubrimiento de los electrones en 1897, que en su día era algo curioso que no se sabía para qué serviría pero que marcó el desarrollo de la electrónica.

Sin embargo, asegura que a día de hoy la única vida confirmada es la del planeta Tierra y, aunque en Marte pueda haber indicios de que en algún momento se dieron las condiciones ambientales para soportar la vida, el hecho es que por ahora no hay ninguna evidencia irrefutable. “Es una investigación muy compleja, que necesita una tecnología muy avanzada y con profesionales de muchas áreas colaborando”, subraya.  A pesar de esto, recuerda que en los últimos años hubo importantes avances en este campo. 

Por otro lado, Ana Ulla señala que "desde casi todos los puntos de vista razonables y numéricos, parecería una singularidad extrañísima que solo hubiese vida en la Tierra. En el Universo hay más de cien mil millones de galaxias y cada galaxia tiene más de cien mil millones de estrellas, con que el 1% sea como la Tierra, hay montones de planetas donde podría haber las condiciones, el caso es detectarlos y ver si tienen atmósfera, océanos o alguna emisión química que claramente sea de origen vivo”.  

La catedrática viguesa está colaborando con el director del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de Vigo, Daniel Rey, en una nueva línea de investigación relacionada con la astrobiología, una disciplina que no se ocupa solo de detectar la vida, sino también de modelarla, hacer simulaciones y proponer qué hay que buscar. Se centran en el estudio de los tardígrados marinos como modelos astrobiológicos de habitabilidad exoplanetaria. Es pluricelular, tiene estructura corporal, ojos y patas, y está considerado como el organismo más resistente de la Tierra, capaz de aguantar altas presiones o temperaturas extremas.

Los investigadores consideran que se podría usar como modelo para ver si sobrevivirían en una luna del sistema solar o un planeta que tuviese condiciones iguales o parecidas. “Hoy por hoy no tenemos los medios para detectar tardígrados en una luna del sistema solar, pro lo que sí podemos hacer es preparar el camino para ver qué condiciones aguantarían y poder cotejarlo con los datos que nos lleguen algún día”, afirma.

“Es inusual que una tormenta solar provoque fallos eléctricos”

El sol proporciona la suficiente energía como para ser el motor de la vida en la Tierra, desde las corrientes oceánicas hasta el sistema de vientos, la fotosíntesis o que haya sistema climático dependen de esta estrella. Ulla explica comportamientos poco conocidos del sol, como los terremotos (oscilación) cada cinco minutos o que cuenta con muchos campos magnéticos que tienen ciclos (pasan de ser débiles a alcanzar un máximo) cada 11 años. La actividad magnética del sol se ve por las manchas solares, si son grandes es que hay mucha y se producen tormentas solares con emisiones de partículas cargadas eléctricamente.

El viento solar (lo hay siempre) viene entonces con esas partículas. Pueden pasar lejos de la Tierra o pueden estar en línea de colisión pero se encuentran con el campo magnético terrestre y no lo pueden atravesar. Si entran por los polos se forman las auroras boreales o australes que se ven todos los años desde Noruega o Patagonia todos los inviernos, y en fecha reciente se vieron en Galicia al coincidir con un máximo solar. “Eso no es habitual y en general no provoca nada malo, salvo que están inyectando en los alrededores de la Tierra partículas cargadas que en presencia de un campo magnético pueden inducir electricidad o sobrecargas en los sistemas eléctricos, por eso a veces hay apagones o fallos en los sistemas eléctricos de los satélites”.

Por último, dice que hay centros en todo el mundo, como el Instituto Geográfico Nacional o la Universidad de Alcalá de Henares que miden la actividad solar y emiten previsiones diarias.

El foro sobre el Universo de la Real Academia de Ciencia, lleno

La Real Academia Galega de Ciencias celebró estre mes un curso titulado “Fronteiras, dende a orixe do Universo ata a exploración espacial” que duró cuatro días y que logró llenarse con participantes que acudieron de forma presencial y otros online. Coordinado por la académica numeraria, Minia Manteiga, en colaboración con la catedrática de la UVigo, Ana Ulla, las charlas se repartieron entre Santiago, Coruña y Ferrol, y permitieron abordar desde el origen del cosmos y la búsqueda de vida extraterrestre, los avances en tecnologías muy sofisticadas para explorar el espacio (algunas de las cuales se emplean luego para avanzar en otros campos) hasta los agujeros negros y las estrellas de neutrones, pasando por los gigantes gaseosos y sus lunas heladas, o el futuro que se espera en esta ciencia. Acudieron como ponentes reconocidos expertos, investigadores y representantes de organismos de ámbito gallego, nacional y europeo.

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