Marina Troncoso: “El programa de mayores es un gran complemento para seguir aprendiendo”

Marina Troncoso, en el set de Atlántico TV.
photo_camera Marina Troncoso, en el set de Atlántico TV.
“Hay muchos jubilados con título que quieren seguir aprendiendo”, explica la presidenta de la Asociación Aulas de Formación Aberta en Vigo

La Asociación Aulas de Formación Abertas agrupa a los alumnos sénior del Programa Universitario de Mayores de la Universidad de Vigo y su presidenta en la ciudad (hay otras dos formaciones en los otros dos campus) es Marina Troncoso, quien visitó recientemente  Atlántico TV para hablar sobre  la actividad de esta agrupación y sobre el propio Programa Universitario de Mayores, que se renovó por completo en los últimos cursos para adaptarse a las demandas de sus alumnos.

 

 

¿Cómo nace y a qué se dedica esta asociación?

Esta es la asociación de alumnos del Programa Universitario de Mayores de la Universidad de Vigo, en concreto del campus vigués. Nació a la par que el propio programa universitario. Este comenzó en 2002 y al año siguiente ya formamos la asociación de alumnos. Nos dedicamos a completar todas aquellas cosas que la universidad no puede ofrecer o no ofrece a los alumnos que integran el programa de mayores.

¿Cómo valora el trabajo del Programa Universitario de Mayores ahora que se está recuperando del golpe que fue la pandemia?

Muy bien. La UVigo hizo un gran esfuerzo en la pandemia. No se suspendieron las clases, salvo aquellos días en los que no hubo actividad en prácticamente todo el mundo y luego se recuperaron online. Bajó mucho la participación, pero había la posibilidad de continuar con las clases. A partir de ahí fue un revulsivo para ver todo lo que fallaba y cómo podía mejorar. Hace dos años se cambió y es un programa mucho más completo y académico, con un formato de una enseñanza oficial de grado y funciona muy bien en Vigo.

Hay mucha gente que, pese a tener ya un título, se apunta. ¿Es tal el éxito del programa?

Al principio se ofreció para personas mayores de 55 años, sobre todo a raíz de esas jubilaciones tan tempranas de la banca o de Telefónica, que esa gente no tenía qué hacer. Pero el programa se llenó también con mucha gente que no tenía titulación porque el único requisito es no tener la edad. Ahora las nuevas generaciones ya entran casi todos como titulados universitarios, hay muchísimos jubilados que tienen algún título pero que les gusta seguir formándose y aprendiendo en áreas que no son su especialidad. Es un complemento fantástico para, una vez te jubilas, seguir aprendiendo durante toda la vida.

¿Cuáles son las áreas de conocimiento que más demandan los alumnos sénior?

Están todas muy completas. Idiomas, literatura, historia... Todas las que se ofertan se completan muy bien. Y además hay asignaturas que queremos que se implanten con temáticas como filosofía, que en estos momentos no tenemos; sostenibilidad; el cambio climático... Eso es lo que estamos demandando que se vayan impartiendo como nuevas asignaturas

¿Es suficiente la oferta académica para los alumno sénior en Vigo?

Nunca es suficiente, pero está muy bien. Siempre queremos más: aulas más grandes, más plazas... Cada año sólo pueden entrar 50 y, por ejemplo, en la Universidad de A Coruña entran 150. Pero es otro sistema, ya que como académico es mucho mejor el de Vigo. Lo que pasa es que aquí no tenemos tantas plazas.

Faltan plazas, entonces.

Este año se han quedado 25 personas sin poder entrar en el Campus de Vigo.

¿Qué otro tipo de cosas organiza la asociación para complementar esta formación?

Tenemos actividades lúdicas y formativas de todo tipo: salidas culturales, la mayoría de ellas por Galicia; conferencias científicas y charlas sobre temas de actualidad como la guerra de Ucrania, o la Unión Europea. Intentamos cubrir todo lo que van demandando los socios. También tenemos actividades a lo largo del curso, como un cinefórum.

¿Hay mucha complicidad entre la asociación y la UVigo?

Nosotros queremos que la Universidad cuente más con la asociación porque representamos a la mayoría de los alumnos. Ellos tienen sus intereses y nosotros los nuestros, pero intentamos buscar un punto medio y con el rector tenemos todas las facilidades, pero después la realidad del funcionamiento de la universidad lo hace más difícil. Pero sentimos que tenemos el apoyo de la UVigo. Les proponemos lo que queremos y a veces nos dicen que no puede ser, pero al menos lo intentamos.

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