Eurocopa 2024

El georgiano Georgi Sekhniashvili, residente en Vigo, sin el corazón dividido en el Eurocopa

El joven, de 16 años, ahora practica judo y desde los seis hasta los 11 jugó a fútbol.
photo_camera El joven, de 16 años, ahora practica judo y desde los seis hasta los 11 jugó a fútbol.
El georgiano Georgi Sekhniashvili, que reside en Vigo, tiene claro que “voy con mis raíces"

En Vigo hay registrados 23 georgianos, 12 hombres y 11 mujeres. Y cuatro de ellos, el 17%, del total, forman parte de la misma familia, los Sekhniashvili. El joven Giorgi, de 16 años, es el mayor de los dos hermanos y, además de ser un prometedor judoca, uno de los deportes nacionales de su país, también jugó a fútbol hasta los 11 años. Curiosamente, en Georgia pasó más años en el deporte del balompié y en Galicia se centró en los tatamis, todo lo contrario de la lógica deportiva de sus países. 

El joven deportista llegó a la ciudad con 10 años y es el sexto que está a orillas del Atlántico. Pese a ello, admite que mañana a las 21:00 horas “yo voy con Georgia. Aunque a España le tengo mucho cariño porque me dio todo, mis raíces son de Georgia y voy con ellos a tope”, explica. Y, curiosamente, lo hace desde su país de origen porque se encuentra en plenas vacaciones. Justo a tiempo de comprobar como es el ambiente de esta Eurocopa: “Se está viviendo todo de una forma bastante loca. Como es un país pequeño, todo se celebra mucho. Además, es la primera vez que están en una Eurocopa y lo están haciendo muy bien. Se celebra mucho y, tras cada partido, salen con los coches pitando y a celebrarlo. Y, cuando marcan un gol, se escuchan los gritos desde la calle, es algo increíble”. 

En el día a día, en las conversaciones se palpa el momento histórico de la selección georgiana. “Antes del partido contra Portugal, yo confiaba, pero había muchos que no. Estoy orgulloso de que pudieran ganarle a un equipo tan grande”, resume. En las calles se van viendo cada día más banderas porque “en las casas se ven colgadas algunas y en el centro de la ciudad cada día hay más banderas y carteles”, describe.

Es la fiebre del fútbol que vivirá su particular cima mañana. Giorgi Sekhniashvili tiene pensado ver el partido con sus familiares y amigos. Al estar en Georgia “puedo ver los partidos por la televisión, que los dan todos”, pero más complicado le era seguirlos cuando se encontraba en Vigo: “tenía que usar Internet y algunos canales de Telegram”. 

Dentro de los colores propios, el joven también analiza. Los amigos le preguntan estos días porque “como vivo en España me cuestionan si son tan buenos, quién es el mejor…”, describe. Y, pese a las dificultades, aclara que “Georgia es una selección bastante difícil. Aunque España tenga bastantes estrellas y mucha experiencia, sí que creo que Georgia puede darle el susto”, resume. Es su experiencia. 

En unos días de descanso para ver a familiares y amigos en su país natal, Giorgi Sekhniashvili, explica que “aquí el rugby y el judo son los deportes principales. Tienen muchos campeones olímpicos y del mundo, lo que es muy meritorio para un país de cuatro millones de personas”. Eso sí, también indica que “el fútbol ganó mucha presencia desde que está Kvaratskhelia con el Napolés y con la Eurocopa va a ganar mucho más". 

Antes de instalarse en Vigo, el joven pasó por el fútbol de su país. “Sobre todo en la modalidad de fútbol 8. Hay equipos buenos que tienen campos que están bien, pero hay otros que son peores. Sobre todo son de hierba natural o artificial, de tierra apenas hay”, describe. De hecho, la principal diferencia es entre la capital y “los campos de los pueblos”. Eso sí, el país crece y mejoran las instalaciones con velocidad. 

Y, en España, curiosamente, Giorgi dejó el deporte del balón y se centró en el judo, que practicó, aunque poco, en su país de origen. Ya cosechó algún resultado de mérito en la categoría cadete y sigue su camino la hermana pequeña Mariami en el Galicia Sur de Carlos Garabatos. Quizás, quizás, es la forma de mantenerse unidos a sus raíces que tanto se añoran durante mucho tiempo. Y, por suerte, en su caso reviven con cada viaje vacacional como el actual. La distancia no borra el amor a las raíces.

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