Balonmano | División de Honor

El Guardés limita la primera línea a cuatro jugadoras

Cristina Cantero, del Guardés, da instrucciones en el derbi gallego disputado el pasado domingo.
photo_camera Cristina Cantero, del Guardés, da instrucciones en el derbi gallego disputado el pasado domingo.
La vibrante eliminatoria de cuartos entre Porriño y Guardés sigue más que abierta. En la ida, las porriñesas utilizaron más jugadoras que las guardesas por decisión técnica

Duelo en cuartos de final de División de Honor entre el Conservas Orbe Porriño y el Mecalia Atlético Guardés. Un enfrentamiento igualado con dos plantillas de talento y también una gestión diferenciada del mismo, especialmente en los puestos de la primera línea, los que son encargados de llevar el peso del ataque a lo largo del enfrentamiento. En esta gestión, el entrenador porriñés Isma Martínez ejerce una mayor rotación, mientras que Cristina Cabeza opta por centrar el juego sobre Cacheda con menos cambios entre las deportistas, pese a tener más opciones. 

De esta forma, en el puesto de central, Cecilia Cacheda se mantuvo en la pista casi todo el partido. Descansó un único ataque en el tramo final del primer acto y regresó al campo al ver una exclusión Pauli Fernández. No volvió a cambiar. A  esta circunstancia se unió que la rotación en esta primera línea se limito a estas dos jugadoras, a la palentina María Sancha y a la zurda Itziar Martínez. La quinta opción fue Blazka Hauptman que defendió toda la primera mitad en el penúltimo, pero en ataque disputó algo menos de cinco minutos en la segunda parte con dos lanzamientos, un gol y una parada de Ayelén (min. 40). No volvió a la pista. 

 

 

No la pisaron otras tres primeras línea, la brasileña Andreza Costa, la serbia Sandra Radovic y la catalana Júlia Nuez, que superó de forma reciente una lesión de ligamento cruzado, pero que lleva varias semanas en la dinámica de grupo y en las convocatorias. 

De una lista de ocho centrales y laterales, el Guardés utilizó cinco en el partido ante el Porriño, aunque Hauptman de forma casi testimonial. Además, es preciso matizar que Itziar Martínez, además de estar en ataque toda la primera mitad, defendió todo el enfrentamiento en el centro de la defensa. Algo que conlleva un notable desgaste. 

Por una filosofía diferente apostó Isma Martínez, aunque con ciertos matices. En el puesto de central rotó a Caro Bono y Malena Valles. Comenzó la argentina y la madrileña saltó a la pista en el tramo final del primer acto. Se mantuvo hasta que faltaba un cuarto de hora y ahí cambio varias veces la dirección cuando el ataque estaba más atascado. 

Sí estuvieron casi todo el partido en ataque Mica Casasola y Paulina Buforn, pero con el descargo de ser cambiadas en defensa o hacerlo en los exteriores para evitar desgaste. Buforn, además, sufrió dos exclusiones en los que respiró. También pasó por el banquillo algunos minutos la argentina y en esos tramos acumuló tiempo en al pista Maddi Bengoetxea que se situó sobr el cuarto de hora de partido. 

Si se observa el banquillo, la única primera línea sin minutos fue la joven Aroa Fernández, que alterna primer equipo y filial mientras que Aitana Santomé, que ejerce de sexta deportista para esta zona del campo, defendió en el centro de la defensa todo el encuentro. Aprovechó una transición en la que no realizó el cambio para marcar un gol. 

Esta es la distinta gestión de los recursos realizada por Isma Martínez al frente del Porriño y Cristina Cabeza en la Guardés. Y, con ellas, la victoria porriñesa fue de un tanto (29-30) y con mejor final de la formación local, que rotó menos el banquillo. Una gestión diferente con los recursos disponibles para tratar de buscar la victoria. La diferente resultó mínima, de un único gol, y el domingo en el Municipal de O Porriño habrá una nueva batalla. Los entrenadores volverán a tirar de su libro e igual con cambios.

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