Swedberg como factor clave. Carles Pérez como factor de sorpresa y diferencial. Uno mejor que otro. Da igual, todo sale en Balaídos, en el Celta de Claudio Giráldez. El suceco marcó e hizo su trabajo, el catalán lo intentó mucho y no definió, pero no restó como en otras ocasiones. El plantemiento resultó diferente al de un partido de posesión y control. Hubo velocidad y transición. Y llegó la victoria, que es lo importante, lo relevante.
Ni los más atrevidos de Balaídos contaban con ver al Swedberg hoy en la titularidad. Nunca había salido de inicio en un partido de liga en las casi dos campañas que lleva en la escuadra cétlica. Y menos lo parecía que lo hiciera tras salir de lesión. Tampoco invitaba a ello el estilo de posesión del Celta, pero ayer era otro día y la presencia del sueco definió una intención. El Celta quería buscar a Las Palmas al espació, explotar con los robos y las elaboraciones rápidas a una escuadra que deja muchos metros a la espalda de su defensa. Para ello era clave la presencia de un Swedberg que tiene en la carrera su principal característica. Aparece poco, pero lo hizo con eficacia. Encaró, apareció con verticalidad, se metió como segundo delantero y, en esa función, galopó entre centrales para batirlos por velocidad y marcar el segundo gol celeste de la tarde. El que ponía el 2-1 antes del descanso. Recogió un pase excelso de Aspas y definió con calidad, una notable finalización para aclarar todas las dudas que habían surgido con su primera titularidad en liga. El sueco tiene gol y esto es clave en el fútbol.
Debe recuperarlo Carles, que también salió titular. Lo hizo por primera vez con Giráldez como técnico y por quinta ocasión esta campaña. Desde enero no empezaba un partido y su presencia también era una señal de lo que buscaba el Celta hoy: velocidad, verticalidad y remate. Lo hizo desde el puesto de carrilero. Le faltó finura para terminar las jugadas, pero sacó una asistencia -con algo de suerte- a Iago Aspas y sufrió menos de lo esperado atrás.
Jugó Miguel Rodríguez y queda Kevin por hacerlo
En el reparto de minutos realizado por Claudio Giráldez desde que es entrenador del Celta aparece un único jugador como claro perjudicado por la modificación en el banquillo. Es el caso del canterano y lateral derecho Kevin Vázquez, que es el único de los deportistas que, estando disponible y en convocatoria, todavía no saltó al campo con el técnico porriñés. Ayer sí lo hizo el redondelano Miguel Rodríguez, que hasta el encuentro contra Las Palmas también era un jugador con esta condición. Pero tuvo algo más de cinco minutos. Por su parte, Luca de la Torre, que regresó ayer a una convocatoria tras estar lesionado, también tuvo su espacio. En este caso, jugó sobre un cuarto de hora. Un dato que indica que el preparador lo tiene en sus planes para las próximas semanas.
De esta forma, además de Kevin Vázquez, todavía restan por tener minutos Mihailo Ristic y Carlos Dotor. Ambos salieron en los últimos días de dolencias físicas y, por ello, todavía no entraron en una convocatoria de Claudio Giráldez. Están inéditos con Giráldez, pero todavía sin llegar a sentarse en el banquillo.
El buen momento de Mingueza, la presencia de Manquillo con muchos minutos y la utilización de Carles Pérez e, incluso, Hugo Álvarez como carrilero, restan mucho las opciones de Kevin Vázquez, que no es del gusto de Claudio Giráldez para ejercer de tercer central y, por lo visto hasta ahora, tampoco de carrilero. Una situación que deja al de Nigrán en un presente delicado, pero que ya conoce porque lo vivió en diversas ocasiones a lo largo de su trayectoria deportiva.
