Un millar largo de celtistas

La victoria del pasado sábado provocó una última oleada de expedicionarios a Vitoria.
photo_camera La victoria del pasado sábado provocó una última oleada de expedicionarios a Vitoria.

El celtismo prepara para este sábado en Vitoria su mayor desembarco de los últimos tiempos pese a los precios

Vitoria acogerá este sábado el mayor desplazamiento del celtismo esta temporada, salvo que la emergencia obligue en las otros dos jornadas que le restan al Celta fuera de casa. La cuestión es que la capital alavesa contará con unos 1.200 seguidores célticos. Y no serán más porque la disponibilidad de plazas hoteleras no es la mejor ni la más barata, con precios por habitación doble que rondan los 140 euros.

 

 

La movilización hacia Vitoria comenzó a través de un puñado de peñas, las habitualmente más activas dentro y fuera de la Federación de Peñas. De su labor organizativa se espera que se fleten siete autobuses. Pero la movilización masiva viene a través de los coches particulares, con mucho celtista que se ha buscado la vida para acudir a la cita adquiriendo entradas directamente al club vitoriano. Porque el Celta ha despachado unos 400 billetes, que se han quedado a todas luces escasos.

Además de la zona habitualmente reservada para las aficiones rivales, Mendizorroza verá vestirse de azul celeste sus sectores 310, 311 y 312. El triunfo del conjunto vitoriano ante el Atlético de Madrid la pasada jornada en ese mismo escenario (2-0) resta al duelo de este sábado parte de la condición de enfrentamiento directo en la zona baja. Pero el estadio vasco suele tener un ambiente festivo que esta vez se verá reforzado por la asistencia de una afición con la que hay buen trato como la celeste.

Hasta la fecha, el desplazamiento más importante del celtismo esta temporada fue a Pamplona el pasado 4 de febrero, pero la cifra de expedicionarios fue mucho menor que la de esta semana, quedándose en unos 300 celtistas. Ahora, emprenderán viaje desde Vigo -y desde Santiago, con la peña Merlegos- el cuádruple de seguidores célticos, que contarán además con la inestimable colaboración de dos peñas tan activas como la vasca Zeru Urdin y Burgalegos.

Los autobuses saldrán de Vigo en el entorno de la medianoche del viernes. Y los viajeros ya se están organizando para encontrarse en Vitoria, con una caminata conjunta desde la céntrica plaza de la Virgen Blanca hasta el estadio de Mendizorroza. Una vez allí, el Celta sentirá el apoyo de los suyos muy cerca en la búsqueda de otros tres puntos claves para cerrar la permanencia en Primera. Claro que el Alavés piensa lo mismo.

Aquel 8 de febrero de 2017

El previsto desembarco celeste este sábado en Vitoria será tal que dejará atrás el recordado del encuentro de vuelta de la semifinal de la Copa del Rey que midió a los célticos con el Alavés el 8 de febrero de 2017, hace ya más de siete años. Por entonces, la restricción en la cesión de entradas sólo permitió que 670 seguidores vigueses acudiesen a Mendizorroza y, aunque la cifra se sobrepasó por la pericia de los celtistas para hacerse un hueco en el estadio, no alcanza a la que se vivirá este fin de semana. Aunque lo que hay en juego no se asemeje nada.

Aquel día de febrero el celtismo soñaba con la final de Copa, pese a que el encuentro de ida había acabado en un escaso empate sin goles. Era el equipo de Eduardo Berizzo, el mismo que tres meses después caería en esta misma instancia pero de la Liga Europa. Un tanto de Edgar Méndez, hoy por hoy todavía en activo en las filas del Necaxa mexicano, decidió el encuentro y la eliminatoria. De los célticos convocados en aquel encuentro sólo lo podrán recordar en carne propia dos miembros de la actual plantilla: Iago Aspas y el portero Iván Villar, suplente en aquellas fechas por la lesión de Rubén Blanco.

En ese precedente sonado, también hubo caminata conjunta desde la Plaza de la Virgen Blanca hasta Mendizorroza. Esta vez, se presume más numerosa para augurar un mejor final.

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