Opinión

¿Quién paga los costosos jets en que viaja el rey honorífico?

Cuándo los medios de comunicación españoles se enterarán de que no existe un rey emérito, sino un ex rey abdicado, que, a afectos protocolarios, recibe el tratamiento de honorífico? ¿Y cuándo se entenderá que no es un contribuyente en España, sino un turista más, que trasladó su residencia fiscal a país musulmán donde reside? Tampoco está en el exilio, sino en uno de los muchos lugares donde de ordinario pasaba largas temporadas. La alusión al exilio es un desvergonzado uso que ofende la memoria de los españoles que lo padecieron de verdad. El llamado periodismo de cámara es cada vez más osado, a lo que se unen las publicaciones como una adulada memoria sesgada sobre Alfonso XIII, cuyo patriotismo, dibuja una irrealidad sin fundamento histórico serio, tergiversando la verdadera dimensión del personaje en cuestión, sin la solvencia de quienes describieron realmente la realidad.
Conviene recordar que tras descubrirse los enjuagues de Juan Carlos y las fundaciones pantalla donde circulaban fondos de diversa procedencia, Felipe VI acudió a un notario y dejó constancia de que renunciaba (o renunciaría) a la herencia que pudiera corresponderle de los fondos de su padre, procedentes de origen no casable con lo que se espera de un procedimiento lícito. Y ahí está, a lo que siguió la retirada de la retribución del sueldo que su padre recibía de los presupuestos de la Casa Real y que el rey administra directamente (cosa distinta del costo real de la institución para los contribuyentes porque esos gastos los cubren diversos ministerios, desde Presidencia del Gobierno a Defensa). Por eso, cabe preguntarnos quién financia o patrocina los costosos y ahora frecuentes viajes de Juan Carlos I a España. Se considera que cada vez que viene en jet privado desde Abu Dabi, la cuenta de ida y vuelta no baja de 80.000 euros, pero como el rey honorífico no es residente fiscal, no tiene que dar cuenta de sus gastos e ingresos. A bordo, Juan Carlos disfruta de todos los lujos. En la cabina se sirven los mejores productos de temporada y de una cuidada selección de vinos. La hora de vuelo de estos jets no baja de los 4.000 euros, lo que permite calcular que desde Abu Davi a Vigo la cuenta no baja de los 40.000 por trayecto de ida y otro tanto de vuelta. Aparte, del costo de sus escoltas, el Estado español paga el resto de los servicios de que dispone en España. Ese costo es el premio, pero el costo del vuelo, según el aparato, puede llegar a los 9.000 euros hora, y entre Abu Dabi y Vigo hay 11 horas de trayecto.
H ay algunas preguntas que hacerse: ¿Quién paga estos costosos viajes, teniendo en cuenta que, al descubrirse sus apaños y fundaciones, su hijo le retiró el sueldo y que el rey honorífico tiene su residencia fiscal en Abu Dabo y no tributa en España? Sobre su fortuna personal han circulado diversas estimaciones, unas mejor fundamentadas que otras, puesto que se contabilizaban como propios diversos bienes nacionales, asignados a su uso, pero que forman parte del Patrimonio Nacional, aspecto del que se cuidaron sus asesores, al traspasar al mismo los regalos de terceros y otros bienes propios que le hubieran exigido tributar por ellos. The New York Times, que suele ser un periódico bien documentado, estimó que la fortuna del rey Juan Carlos I podría ascender a los 2.300 millones de dólares. Con anterioridad, Eurobusiness estimó el patrimonio del mal llamado emérito en 1.700 millones de euros, 300 menos de los que calculaba en euros The New York Times, de los cuales 545 millones responderían a su fortuna personal y más de 1.100 millones serían bienes familiares. El entonces embajador de España en Londres, Santiago de Mora-Figueroa, reaccionó enviando una carta al director de la publicación aseverando que se trataba de una cifra disparatada e inexacta. En ese caso se insistia en que los bienes del Patrimonio Nacional no lo son propiamente de la Corona, como en el pasado.
La propia Casa Real que ahora da cuenta anual tanto la retribución de la Familia Real como la retribución de los altos cargos de la misma, reveló que, en el año 2020, en que Juan Carlos salió de España, y primer ejercicio en que éste, por decisión de Felipe VI, Juan Carlos, dejaría de percibir su asignación anual completa debido a los negocios opacos que comenzaron a descubrirse. En 2019, el rey honorífico cobró del Estado 242.769 euros.  2020 pasaría a ser el último año Juan Carlos percibiría un salario a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, pero como en marzo su hijo le retiró la asignación, solo cobró 42.033,23 euros de los 253.843, que le hubiera correspondido percibir. Desde entonces, aparte de la hospitalidad de sus amigos árabes, ¿de qué vive y mantiene su elevado y costoso nivel de vida? 

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