La Asociación de Vecinos de la Ciudad Histórica compostelana “Fonseca” junto con las asociaciones del Orzán en A Coruña, Cimborrio de Ourense, Plataforma del Casco Histórico de Lugo, Areal de Vigo y Casco Histórico de Ferrol se reunieron con el director de Emergencias e Interior de la Xunta de Galicia, Santiago Villanueva, para analizar la “grave situación de la contaminación acústica” que se está dando en las ciudades y “particularmente” en las zonas declaradas acústicamente saturadas, en las se superan ampliamente los niveles de ruido permitido por la legislación vigente, segundo indican los vecinos. La asociación de Areal es la más beligerante en Vigo, en especial en Navidades, por la contaminación acústica. El Concello ya anunció que en la edición de 2023 habrá cambios para evitar molestias a los vecinos.
Para el presidente de Fonseca, Roberto Almuíña, la legislación actual y la falta de voluntad en la gran mayoría de los ayuntamientos para reconducir esta situación –haciendo uso de los mecanismos previstos en la Orden de 23 de octubre de 2020 por la que se determinan los horarios de apertura y cierre de los locales de ocio nocturno– dificultan la reconducción de la situación que están soportando los vecinos y que constituye un “atentado grave y continuado contra la salud y su calidad de vida”, con los correspondientes cuestes asociados que repercuten sobre el erario público, precisa Almuína.
Por esta razón, las seis asociaciones vecinales de otras tantas ciudades demandaron a Villanueva la revisión de aquella orden “a la mayor brevedad posible”. Además, acordaron dirigirse a los ayuntamientos en los que están implantadas estas asociaciones para solicitar el cumplimiento estricto de las ordenanzas vigentes en materia de ruidos y terrazas, porque el “interés público general” tiene que prevalecer por encima de los intereses particulares, tal como explican. Finalmente, las entidades asociativas mantendrán la “unidad de acción” en este asunto del ruido asociado al ocio nocturno.
