Juicio 'Karar'

La Policía vigiló a Santórum y su círculo durante casi un año

El “MV Karar”, ya subastado, está actualmente en reparación en uno de los muelles del Puerto de Vigo.
photo_camera El “MV Karar”, ya subastado, está actualmente en reparación en uno de los muelles del Puerto de Vigo.
Un agente del Greco de la Policía Nacional declaró ayer tras un biombo en el juicio del “Karar” para detallar los movimientos de algunos de los principales acusados

La vista por la causa del “MV Karar”, el barco que fue apresado en abril de 2020 con 4 toneladas de droga con destino a Vigo, continuó ayer con la declaración de uno de los agentes del Greco que había efectuado vigilancias a los acusados durante casi un año. 

La expectación era máxima en la sala ya que en un principio estaba llamado a declarar el exinspector jefe del Greco que dirigió la investigación y que actualmente está investigado por un juzgado de Murcia por su presunta implicación en un caso de narcotráfico, aunque finalmente no fue así porque seguía de baja médica. Pese a que las defensas pidieron al tribunal aplazar la celebración de la vista hasta que estuviese recuperado por una posible desvirtuación de su testimonio si antes de su intervención testificaban sus antiguos subordinados, la presidenta ordenó seguir adelante con el juicio. 

Detrás de un biombo para proteger su identidad, uno de los agentes de esta división de la Policía Nacional respondió durante casi dos horas a preguntas de la Fiscalía para relatar las distintas vigilancias que, entre 2019 y 2020, ayudaron a destapar el entramado del que fue el mayor alijo de cocaína interceptado desde Vigo. Todo partió, según lo que contó este agente, de un operativo de vigilancia montado en las naves de fabricación de embarcaciones que poseía uno de los acusados, Fidel F., en Sárdoma y Mos. Allí, en julio de 2019, reconocieron “sin lugar a dudas” al supuesto cabecilla de la trama, Juan Carlos Santórum, con quien se había reunido este acusado en un bar cercano a la nave de Sárdoma. 

El agente contó que Fidel F. “era una persona conocida anteriormente a quien habíamos relacionado con grupos criminales que se dedicaban al tráfico de drogas, con el propio Sito Miñanco entre ellos”. Su papel en la trama del “Karar”, presuntamente, era el de facilitar la logística para este tipo de operaciones de narcotráfico. Fue en ese momento, explicó el agente, en el que comenzaron a sospechar que Santórum podría estar tramando algo, ya que una reunión con Fidel F. “podría significar que necesitaba logística para una operación próxima”. 

Así, durante los siguientes meses intensificaron las vigilancias en las naves de Mos y Sárdoma, así como en los domicilios conocidos de Santórum y otros de sus allegados en Cambados, Sanxenxo o Vilanova de Arousa que ahora también están sentados en el banquillo de los acusados.

Los acusados advirtieron la presencia policial 

Una vez se declaró el estado de alarma en marzo de 2020, relató el agente del Greco ayer en la Cidade da Xustiza, realizar las vigilancias a los investigados resultó mucho más difícil, “ya que había muy poco movimiento en la carretera y tuvimos que emplear más medios personales”. Además, se dieron cuenta de que estas personas estaban empezando a tomar medidas de contravigilancia para limitar al máximo estas acciones, tales como utilizar rutas y vehículos diferentes en sus desplazamientos habituales o hacer paradas aleatorias por el camino. 

De este modo, a pocos días del operativo que apresó el alijo en altamar, y con la certeza de que estaban próximos a un avance significativo ya que les habían llegado informaciones de un posible alijo en camino, los investigadores lograron obtener permiso para intervenir con un GPS el vehículo de uno de los acusados y descubren una nueva nave en Tomiño “que nos hacía pensar que, efectivamente, estaban ultimando lo spreparaivos para ir a buscar la sustancia estupefaciente”. Sin embargo, de un día para otro dejaron de utilizar ese vehículo al advertir que, posiblemente, estaban bajo vigilancia. Todo ello a apenas dos o tres días del 25 de abril, día en el que se realizó la descarga y se apresó por parte de la Policía. 

Pese a que trataron de despistar a los agentes, estos se percataron y lograron ubicar el resto de vehículos que utilizaban.

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