Hace 20 años que está encima de la mesa -debajo, la mayor parte de las veces- la construcción de una red de alta velocidad directa entre Vigo y Ourense que evite dar un rodeo por Santiago, en concreto entre el norte de Pontevedra y Carballiño, popularmente conocida como la variante de Cerdedo. Son 20 años exhibiendo papeles, haciendo estudios y realizando informes sin que se haya movido una piedra: ni siquiera hay visos de que vaya a ocurrir. El sistema se ha venido repitiendo con todos los gobiernos y ministros: una reunión, un acuerdo y un nuevo documento. ¿Y después qué? Para resumir mucho, siendo Ana Pastor ministra anunció que el trazado era tan complejo que había que hacer un estudio completo nuevo, lo que equivale en el fútbol a despejar el balón con una patada hacia arriba. Luego llegó el ayer alabado y hoy denostado Ábalos y anunció que por supuesto se iba a construir la variante de Cerdedo, pero antes habría que realizar un estudio hidrogeológico… de tres años, seguido de otro más en la Confederación Hidrográfica. Ya con otro ministro, Óscar Agitprop Puente, nuevo acuerdo de ratificación de Cerdedo y nuevo estudio, otro de al menos año y medio de duración y luego ya se verá. Es el método Cerdedo, infalible, de hacer como que se hace algo por poco precio. Antes o después se irá Puente y también Mr PS, pero me temo que Cerdedo no va a cambiar. No veo a ningún Gobierno gastando 2.300 millones para reducir el tiempo de viaje en media hora. Aunque mi capacidad para acertar el futuro es similar a Nostradamus, que no dio una, me temo que en esta ocasión no hace falta consultar una bola de cristal.
