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Las setas se resisten este año

Luns Micolóxicos de A Zarrota. En primer término, la mortal Amanita phaloides, que no se olvidó de salir pese a la sequía.
photo_camera Luns Micolóxicos de A Zarrota. En primer término, la mortal Amanita phaloides, que no se olvidó de salir pese a la sequía.

La sequía, los incendios y las heladas han mermado la producción y algunas especies ya no se ven en los bosques

 Hace pocas décadas que las setas conseguían deshacerse en Galicia de su mala fama, fruto de supersticiones que llevaron a bautizarlas con nombres tan gráficos como “pan do demo” o “pan de cobra”. Propiciada por el arraigo existente en zonas como Cataluña o el País Vasco, la afición por la micología surgió con fuerza y hasta la explotación de este recurso natural se ha convertido en una floreciente fuente de ingresos para el rural gallego. Sin embargo, este año pocos hongos se han visto por los bosques, una situación muy comentada en las redes sociales por los cientos de aficionados a echarse al monte al llegar el otoño y que rivalizan entre ellos por mostrar los mejores ejemplares recolectados, aunque esta vez sin éxito, a tenor de los escasos resultados.


“Hay Boletus y setas de la familia de las boletáceas; níscalos, pocos, y faltan especies como Hydnum, 'cantarelas' (Cantharellus o 'rebozuelos', en español) y Craterellus”. Quien así habla es Lorena Cascallar, presidenta de la Agrupación A Zarrota, una asociación viguesa con más de 50 años de historia y una de las 15 que integran la Federación Galega de Micoloxía. Esta especialista reconoce que esta temporada está siendo de las peores en los últimos años. Las causas: la sequía y los incendios. “Hubo además un parón que coincidió con el calor del 'veroño', aunque después se recuperó por las nieblas, pero las heladas las han congelado y están como piedras”, añade.


Y no es un hecho puntal. Cascallar  confirma que la temporada de setas, que comenzaba en septiembre, se está retrasando cada año más, hasta comenzar en diciembre, debido al tiempo. De hecho, A Zarrota, que dejó de celebrar sus tradicionales Xornadas Micolóxicas, este año ha reducido sus salidas organizadas al monte a solo dos. “No nos compensa si no vamos a encontrar nada”, se lamenta. Eso sí, mantienen vivos los Luns Micolóxicos, que celebran en los locales de Montañeros Celtas y que proseguirán hasta el 18 de diciembre.


Es un año malo, y no solo para los aficionados, sino también para las empresas que se dedican a la comercialización y ya se habla de un descenso de hasta un 90% de la producción, que hace unos años se cifraba en unos 300.000 kilos por temporada. Un dato que explicaría su elevado precio, ya que, según la presidenta de A Zarrota, el níscalo se estaba vendiendo estos días en el mercado a 50 euros el kilo, cuando lo habitual es que esté a 35 euros. 

“Los árboles micorrizados ayudan a la lucha contra el fuego”

Hifas da Terra, con sede en Bora (Pontevedra), es una empresa gallega puntera en biotecnología especializada en el mundo de la micología que desarrolla una amplia gama de productos alimentarios, terapéuticos, cosméticos y forestales y que cuenta con un mercado consolidado en varios países europeos. Su directora general, la bióloga Catalina Fernández de Ana Portela, y el  director general de planifación estratégica, el también biólogo Esteban Sinde Stompel, destacan el papel que los árboles micorrizados desempeñan en la lucha contra el fuego.


¿Está siendo una buena temporada?
La producción de setas se está retrasando en líneas generales debido a las condiciones meteorológicas, en las que, evidentemente, la cuestión del cambio climático es innegable. En nuestro caso particular, ciñéndonos a los cultivos tradicionales, ya sea en sacos o troncos, de algún modo padecemos esta ralentización de la producción, pero disponemos de fuentes de agua sostenibles subterráneas que evitan que tengamos la necesidad de utilizar agua de los ríos para satisfacer nuestras producciones. Por otra parte, dada la naturaleza de Hifas da Terra (no producimos para la venta en fresco sino para la transformación y obtención de nutracéuticos y otros subproductos) ya hablamos de cultivos miceliares, por lo que el sistema productivo es radicalmente distinto y, por supuesto, la necesidad de agua.


Trabajan con productores locales. ¿Se ha resentido la producción de setas?
Las producciones de Boletus y Níscalos vienen con retraso, sobre todo de las zonas del interior de Galicia. En la costa, sin embargo, las producciones siguen un ritmo más ajustado al de otros años.


¿Cómo pueden contribuir los hongos a la recuperación de los montes afectados por los incendios?
Desde Hifas da Terra trabajamos con una gran ventaja para el monte y para la lucha contra los incendios: los árboles micorrizados que, gracias a la micorriza (el hongo que vive asociado en sinergia a ellos), cuentan con un sistema radicular mayor y, por tanto, son capaces de llegar a los depósitos de agua y nutrientes con mayor facilidad, a pesar de las condiciones adversas. Además, presentan resistencia a enfermedades y producen setas, lo que enriquece nuestros suelos y ayuda a su cuidado y mantenimiento. Cuando decimos que ayudan en la lucha contra los incendios esto significa que aportan un valor ecológico y económico a nuestros montes, una cuestión capital para protegerlos frente a los terroristas incendiarios. Además, en caso de producirse un incendio, estas variedades resisten mejor al fuego por su propia naturaleza y por el entorno que generan. Muchos hablan de que nuestras especies autóctonas son árboles bomberos. 

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