Con la creación de este aparcamiento el municipio se reducirán la cantidad de vehículos que transiten por el núcleo urbano y crea un área que potencia el paseo del río Maceiras
La transformación del principal acceso a la villa de Redondela ya es una realidad. Los conductores ya pueden hacer uso del nuevo parking disuasorio en Vilavella, que cuenta con una superficie de 3.896 metros cuadrados con 110 plazas para coche, de las que 6 están reservadas para personas con movilidad reducida, así como 3 plazas de moto y 8 para bicicletas.
Para el gobierno local fue un gran reto poner en marcha este gran proyecto, que implicó la compra de la vieja nave anexa al convento y su derribe. Convertir esta gran área “en un espacio amable para el ciudadano, intervenido en este espacio público, eliminando la nave y conectando las zonas de forma accesible supuso un gran esfuerzo, pero pagó la pena”, afirmó la alcaldesa Digna Rivas.
Este aparcamiento disuasorio no solo mejora la habitabilidad de la zona de Vilavella, sino que también repercute de manera positiva en el resto de la villa “al reducir la cantidad de vehículos que transitan por el núcleo urbano, lo que supone más seguridad para el peón, menos ruido y menos contaminación”, apuntó el concejal de Infraestructuras y Sostenibilidad, Roberto Villar. El edil añade que se instaló un sistema de iluminación “eficiente y de baja intensidad” para la zona de aparcamiento. Villar no oculta que “conjugar las plazas de estacionamientos con las zonas verdes y el arbolado supuso un gran esfuerzo para poder alcanzar el mejor resultado posible”.
El parking también supone “la transformación integral del espacio urbano, elimina barreras arquitectónicas, pone en valor el Convento de Vilavella y mejorar la relación del espacio con el río Maceiras”, explicó el concejal de Urbanismo Antonio Cabaleiro. Uno de los objetivos de este proyecto era que todos los espacios fueran accesibles para todas las personas, especialmente para las que tienen movilidad reducida “y ese objetivo está cumplido”.
