'Villa', agente de futbolistas: “Nunca llevaré a un chico a un club porque a mí me paguen más”

Francisco Javier Villaverde ‘Villa’ pasó por la redacción de Atlántico.
photo_camera Francisco Javier Villaverde ‘Villa’ pasó por la redacción de Atlántico.
Francisco Javier Villaverde, más conocido como ‘Villa’, gestiona las carreras de futbolistas de reconocido prestigio

Aquel centrocampista genial en la cantera celeste hace más de dos décadas es hoy un agente artesanal pero ambicioso. Francisco Javier Villaverde ‘Villa’ (Arcade, 1978) gestiona las carreras de futbolistas como Kevin Vázquez, Pablo Durán, Diego Alende o Brais Martínez y ha llevado a Santi Comesaña o Stefan Bajcetic al fútbol profesional. Tras lograr la renovación de Fran Vieites con el Betis, habla de la figura del agente y de su forma de trabajar.

 

 

Hay un discurso contrario a los representantes, afeándoles que tratan a los jugadores como mercancía.

Sucede, primero, por desconocimiento, porque no saben a qué nos dedicamos. La gente tiene esa visión exterior de que hacemos una llamada, llevamos a un chico a un sitio y cobramos dinero. Pero una cosa es la intermediación y otra ser agente. Hay muchos pasos a dar para ayudar a un jugador a nivel psicológico, de alimentación, a nivel familiar, la mentalidad… Si algo me atrae de esta profesión es conocer a cada uno de manera individual. Sí que tenemos esa fama, aunque personalmente yo nunca me he sentido maltratado y no voy a defender en global la figura del agente porque yo mismo a veces veo cómo trabajan algunos compañeros y no tiene ni pies ni cabeza. Lo único que le pido siempre a los clubes es que me respeten. Y por ahora no va mal.

 

¿Es un factor clave, siendo una agencia pequeña, adelantarse a los demás?

Una cosa es ver un partido y otra analizarlo. Como todo el mundo ve fútbol, parece que todo el mundo entiende de fútbol. Y son cosas totalmente diferentes. Siempre digo y me aplico que la diferencia entre yo y el resto es que yo tengo que ver lo que va a pasar, no lo que está pasando. Tengo que visualizar a ese chico en otro contexto que le sea ideal y, a partir de ahí, no fallar. 

 

Lleva ya una década en el mundo de la representación. ¿Se veía en este punto diez años después, con un puñado de jugadores en el fútbol profesional?

No me veía a esta altura. Lo que más valoro es el respeto que me están teniendo muchos clubes. El trato que me dio el Betis con Fran, el del Liverpool con Stefan… Cuando es así, te das cuenta de que vas avanzando y haciéndolo bien. Hay cosas que tienen precio y otras tienen valor. Lo que estoy viviendo con los clubes para mí tiene un valor enorme. No esperaba haber llegado tan rápido y tan lejos, pero los responsables de esto son los chicos, que van respondiendo a las expectativas.

 

En ocasiones, tras todo ese trabajo y tras llegar al fútbol profesional, el jugador decide irse con otra agencia más grande como le sucedió con Santi Comesaña o Stefan Bajcetic. ¿Cómo sienta?

Mi mayor reto es no fallar cuando los elijo como personas porque en situaciones así, no es tan importante que decidan irse con uno u otro sino cómo lo afrontan. Santi y Stefan vinieron de frente. Así que todos agradecidos por el camino y mis mejores deseos para ellos. Lo saben de sobra. No mantengo contacto directo pero saben que estoy para lo que necesiten. Cuando entro en este mundo, uno se prepara para momentos así porque los vas a vivir. Y parte de mi mejora es saber afrontar esos retos. Si yo por eso cambio, dejo de ser el agente que les he prometido ser a otros jugadores.

 

Hay que reinventarse con nuevos jugadores. ¿En qué se fija cuando va a verlos? 

No es un apartado específico. Hay algo, como un feeling a primera vista. Luego hay un seguimiento de cinco o seis meses, con 300 y pico filtros en un programa. Y después ver dónde lo encajas. 

 

Y siempre elegir destino por el bien del futbolista, que al final es el suyo.

Lo tienen claro ellos y yo. Desde el primer día que nos sentamos. Si no, es mejor no comenzar esa relación de trabajo. Nunca llevaré a un chico a un club porque a mí me paguen más o menos.  Es más, hay clubes que te hablan de premios y no. No trabajo así.

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