El sector de la automoción está en plena transición. Un cambio de modelo hacia un vehículo eléctrico con menos piezas y componentes más electrónicos. Todo ello en un contexto en el que el constructor Stellantis busca los mejores precios de las empresas auxiliares y estos días se está conociendo que algunas se están quedando fuera de la nueva plataforma STLA Small, como Denso o ZF.
“Hay cierta intranquilidad para ver el desenlace de las futuras adjudicaciones, porque ya es habitual en la última década hablar de si todos los proveedores van a tener carga de trabajo en el próximo vehículo”, explica Rubén Pérez, secretario general de Industria de UGT Vigo.
Constata que “todos los estudios dicen que el nuevo vehículo necesitará menos mano de obra y menos componentes, sólo hace falta ver la complejidad del motor de combustión y el eléctrico, lo único que podría compensarse es con volúmenes de producción”, señala. Lamenta que “no se haya hecho nada por atraer ningún proveedor tecnológico a nuestra comarca. Eso a medio plazo lo vamos a pagar en empleo".
¿Qué se puede hacer¿ Lo tiene claro: “Pedir a las administraciones que se preocupen y se ocupen en esto. No pueden ser ajenas, porque vamos a un cambio de modelo”. Es muy gráfico: “Los coches eléctricos no tienen tubos de escape y aquí tenemos plantas de tubos de escape. Tienen componentes electrónicos y están todas las plantas en el norte de Portugal. Hay que atraer a los nuevos componentes. Hay que incidir en ayudas y en el precio de suelo industrial. No podemos vender suelo industrial como si fuera para apartamentos. Tenemos la Plisan con una empresa y tres o cuatro en breve, pero ninguna del automóvil. El suelo está y lo que tienen que hacer es movilizarlo y apoyar a esa multinacional de la electrónica que busca sitio donde invertir”, concluye.
Santiago García, de CC OO, asegura que en este proceso de adjudicación de piezas para el nuevo modelo, “Stellantis es cada vez más exigente. Lo que entendemos es que están obligando a reducir costes y esto lleva a recortes salariales. En esta transición al vehículo eléctrico las administraciones tienen que apoyar porque están en juego puestos de trabajo y está muy afectada el área de Vigo”, señala.
Añade que “hay empresas muy ligadas al motor de combustión que van a sufrir. Hay que planificar el futuro porque esta transición se puede llevar por delante muchos empleos”.
Por su parte, María Xosé García, responsable de automoción de la CIG, considera que lo de Denso “es un aviso a navegantes” en las negociaciones de los convenios y “quien va a pagar esa rebaja de costes son los salarios de los trabajadores.
En este sentido critica la precarización de la industria, especialmente para los trabajadores más jóvenes, que llega a extremos tales de forma que cada vez que Stellantis hace un ERTE el resto de empresas de la automoción tienen que hacerlo en la misma medida. “Hay trabajadores eventuales que terminan el contrato y no tienen paro, porque se lo llevaron los ertes”.
