Lamine Yamal y Nico Williams convierte a esta España en un peligro por fuera, al contrario que en la época dorada
Los tiempos cambian. Es inevitable. El devenir de los años trae consigo modificaciones, adaptaciones, evoluciones. Progreso. Un ejemplo es la sociedad diversa que, a veces con dificultades, se está construyendo en España. Otro, en lo puramente futbolístico, es que la selección que dominó el mundo entre 2008 y 2012 estaba basada en el extraordinario talento de los futbolistas que jugaban por fuera. La actual, en cambio, tiene una continua amenaza desde las bandas. En ambos casos, Nico Williams y Lamine Yamal aparecen como claros exponentes.
La irrupción meteórica de ambos futbolistas, talentosos, descarados y desequilibrantes ha añadido mayor poderío a España. Porque agregar armas no significa renunciar a la esencia. Esta selección mantiene la calidad por dentro. Sobre todo con Rodri Hernández, uno de los mejores mediocentros del mundo. Pero, también con el renacido Pedri, además de un Fabián que suma piernas a la ecuación. Y aun siendo jugadores de gran nivel, probablemente ninguno tendría sitio en el once que ganó dos Eurocopas y un Mundial. Busquets, Iniesta y Xavi son jugadores de índole histórica. A ellos había que añadir a Xabi Alonso, David Silva, Cesc Fàbregas o Santi Cazorla. Extraordinario. Semejante nómina llevaba a hombres como Iniesta, Silva o Cazorla a partir desde la banda, pero siempre acabando dentro. Ahí hacía la diferencia aquel equipo, capaz de encadenar pases de una precisión milimétrica en el mínimo espacio y casi sin tiempo.
La España actual no dispone de ese talento en el medio -y probablemente las anteriores tampoco-. Por eso, la llegada de Nico y Lamine es una bocanada de frescura y, sobre todo, un arma capaz de dañar a cualquiera. Ambos tienen desborde, tanto en corto como en espacios abiertos. Son capaces de venir al pie y de picar al espacio. De asociarse en posicional o de correr al contraataque. Incluso pueden condicionar al rival sin tocar la pelota porque simplemente con estar abiertos sobre la cal ya producen espacio para que los compañeros jueguen por dentro. Pero lo más importante de todo es que en cualquier momento pueden alterar el marcador, ya sea marcando o asistiendo. Yamal, con 16 años, ya es el futbolista más joven de la historia de la Eurocopa. Williams tiene 21. Son el futuro. Y el presente.
La tranquilidad de Zubimendi
El centrocampista de la Real Sociedad y la selección española Martín Zubimendi reconoció ayer que el triunfo por 3-0 sobre Croacia en el debut en la Eurocopa "da tranquilidad", aunque la plantilla sigue "sin perder la perspectiva" y "en la misma línea de ganar" el torneo, al mismo tiempo que defendió que "desde el primer momento" asumió su rol, del que es "consciente", por detrás de Rodri Hernández, "el mejor del mundo en su posición", por lo que debe "estar al 100%" cuando "caiga la oportunidad" de jugar en la cita continental de Alemania.
"Aquí vivimos como en una burbuja. Yo intento no leer mucho para no alterarme y creo que el fútbol es así, de un partido a otro van cambiando las emociones, los focos. Nosotros seguimos en la misma línea, en la de ganar la Eurocopa, más allá de andar pensando si estamos más cerca o más lejos", comentó el mediocentro a los medios tras el entrenamiento.
Zubimendi expresó que la "confianza" del combinado español "venía ya de antes" y no por ganar 3-0 a Croacia en el estreno. "Es verdad que este primer partido te da un poco de tranquilidad, pero sin perder la perspectiva y todo en un contexto en el que queremos llegar lo más lejos posible", explicó. "Estos primeros partidos no sirven para nada", agregó sobre los debuts del resto de candidatas al trofeo, con el 5-1 de Alemania sobre Escocia como el triunfo más holgado.
