Balaídos, ya sin tortura

El momento del himno del centenario tiene su propia coreografía, ya bien aprendida.
photo_camera El momento del himno del centenario tiene su propia coreografía, ya bien aprendida.
El estadio del Celta enlaza cuatro partidos sin derrota para alegría global

Balaídos ha perdido la forma de potro de tortura que ha tenido durante tantos meses. Ahora, es posible salir de él sin heridas en el cuerpo ni en el alma. Tal vez no habiendo visto el mejor espectáculo del mundo, pero sí con la promesa de que tal circunstancia puede suceder en el futuro. La afición celeste, que rompió la dinámica desde el cambio de año de superar las 20.000 personas cuando los partidos caen en fin de semana -ayer acudieron 19.548-, ha podido salir de su estadio sin una derrota cuatro encuentros consecutivos y tres de ellos con victoria. Una sensación que no conocían esta temporada.

Era el Día de la Madre y el club quería que se notase desde antes de empezar el partido. Por eso, al facilitar la alineación propia, sustituyó los nombres de sus jugadores por los de sus madres. En definitiva, apelar a la implicación sentimental en un partido que se estimaba clave para poder alcanzar un final de temporada no cardiaco.

En la expedición del Villarreal acudieron a la cita dos viejos conocidos: el vigués Santi Comesaña, que acabó expulsado y con un pésimo recuerdo de su tercer paso por el estadio celeste, donde siempre ha perdido; y el ex céltico Denis Suárez, quien viajó pese a estar lesionado. La familia bien merece ese esfuerzo que, además, permite departir con los amigos que siguen en el vestuario celeste.

El gesto de Larsen

El partido dio para casi todo. Para momentos de alegría y de preocupación. Para lamentar errores y festejar aciertos. Y para gestos de compañerismo como la celebración de Larsen de su gol, copiando la manera del lesionado Joseph Aidoo. Balaídos ya no es un potro de tortura.

Te puede interesar